domingo, 27 de mayo de 2007

ANIMACIÓN TURÍSTICA. Factores determinantes y actividades

Factores determinantes en un proceso de animación turística

La primera de las obligaciones de un animador turístico es la autoinformación. Tal
como se veía en el capítulo anterior, esta búsqueda de información se hace desde dos campos
distintos. Éstos responden a necesidades paralelas y complementarias a la vez: una
era la necesidad de estar al corriente de las posibilidades que tiene el establecimiento y
su entorno, con el objetivo de poderlas transmitir a los turistas. Y el otro campo es el que
incluye toda la información que se necesita para crear el proyecto de animación. Este capítulo
profundiza en este segundo campo de información. Definible como una plantilla
metodológica a seguir para analizar el establecimiento turístico en profundidad y poder
diagnosticar lo más certeramente posible.

Este proceso metodológico es invariable y necesario para llegar a confeccionar la propuesta
de actividades y el proyecto de animación. Corresponde al análisis de las circunstancias
que rodean al establecimiento, y se realiza desde cinco grandes factores, que se
denominan factores determinantes en un proceso de animación turística: el análisis
del entorno, el correspondiente a los recursos físicos que el establecimiento posee o
está dispuesto a aportar, el análisis de las tipologías de usuarios del establecimiento, los
recursos humanos disponibles y los susceptibles a involucrarse en alguna acción puntual,
y, por último, el análisis de las tipologías de empresario.
Es imprescindible que, para el análisis de todos y cada uno de los factores, el profesional
que va a realizarlo se traslade al lugar de emplazamiento del establecimiento objeto
del estudio; si bien es cierto que puede hacerse una idea aproximada en la distancia,
ésta no es suficiente para confeccionar ni tan sólo la relación de actividades. Es por esta
razón por la que se habrá de considerar el periodo de tiempo que el profesional utilice
para analizar estos factores como parte incluida en el tiempo de contrato de trabajo del
animador, y no empezar a contar a partir de la primera actividad que realiza, como algunos
empresarios han pretendido.

FACTORES DETERMINANTES EN UN PROCESO DE ANIMACIÓN TURÍSTICA

1°. El entorno

Tipología del establecimiento
Localización del establecimiento
Entorno inmediato y medio
La estacionalidad

2°. Los recursos fisicos

Las instalaciones
El equipo técnico

3°. Las tipologías de usuarios.

La clases sociales
Las franjas de edad
Las pautas de comportamiento

4°, Los recursos humanos

La plantilla de animación
Elementos del staff

5°, El empresario

El negativo
El neutro
El positivo

4.1. El análisis del entorno

Una vez desplazado al lugar donde se encuentra el establecimiento, se tendrá que
analizar tanto el entorno turístico, cultural y geográfico de la empresa como la misma
estructura física. Es por esta razón por lo que se habla de un estudio del entorno que
contempla una visón que va de lo más puntual al aspecto más global de las posibilidades.

Desde esta panorámica, el estudio del entorno prevé cuatro puntos a analizar: el
tipo mismo de establecimiento, la localización geográfica del mismo, su entorno inmediato
y de radio medio, y por último las condiciones climáticas y la estacionalidad.

4.1 .1. La tipología del establecimiento

Es evidente que para la creación de un proyecto de animación turística será determinante
el tipo de establecimiento turístico de que se trate. Así, ni el planteamiento, ni tampoco
el resultado, será el mismo si se planea para un hotel o si se realiza para un camping,
por ejemplo.

Se tendrían que revisar las diferentes formas de alojamiento turístico, para definir las
demandas más frecuentes de sus residentes, y mientras que en un hotel la afluencia a las
actividades diurnas es más alta en porcentaje, está alrededor de un 5%, en un camping,
ese porcentaje oscilaría entre un 2 y un 3%. Sin embargo, el número real de personas que
toman parte en ellas resulta generalmente más elevado en un camping que en un hotel ya
que la-capacidad suele ser mucho mayor.

Se ha de destacar, igualmente, que las actividades nocturnas, mayoritariamente fiestas
y espectáculos, son las que más público atraen, y que el nivel de asistencia, además de
lo adecuadas que sean las propuestas, también está determinado por la capacidad real del
lugar o zona donde se lleven a cabo.
Entre los tipos más frecuentes de establecimientos de alojamientos destacan, como
se observa en el esquema de la figura 4.2, los siguientes:

a) Hotel. Es el establecimiento que más diversidad admite debido a su amplia catalogación
de categorías y posibilidades de instalaciones. Su público puede resultar difícil
de relacionar si se compara con otras tipologías de establecimientos.
Un hecho positivo a tener en cuenta es que disponga de servicio de restaurante,
lo que hace que se tenga al público concentrado en un lugar a unas horas determinadas.
Las tipologías de residentes son muy amplias, y por tanto sus necesidades
también.

b) Aparthotel. Puede presentar los inconvenientes de relación mencionados en los
hoteles, aunque, también tienen sus ventajas. Entre las tipologías que los frecuentan
destacan los grupos familiares con niños.

c) Camping. La amplitud de los tipos de clientes se reduce y se dirige hacia personas
más interesadas, de entrada, por las relaciones humanas, razón por la cual el animador
puede tener una pequeña parte de su intención cubierta. Tienen más posibilidades
de demanda de actividades deportivas comunes. Cabe destacar la fidelización
más alta que presentan a las actividades del programa.

d) Ciudad de vacaciones. Híbrido entre aparta-hotel y camping, quizás se pueda decir que
si bien el interés por las relaciones está también muy presente, al igual que el atractivo
hacia las actividades deportivas, la clase social quizás sea más elevada, por lo que tas...
se pueda deducir que las actividades, en general, presentan una mayor diversificación
hacia propuestas más modernas y actualizadas. Frecuentes serán también los
grupos familiares.

e) Balneario. En contra de los estereotipos, en estos establecimientos también ha habido
siempre grandes programas de animación y entretenimiento. Se han caracterizado
sobre todo por las actividades de relax, culturales y deportivas. Las tipologías
suelen ser de edades más avanzadas, pero con tendencia en las últimas décadas a
más personas jóvenes.

f) Crucero. Esta forma de alojamiento turístico está teniendo un desarrollo vertiginoso
en nuestro país en los últimos años. Aparecen ofertas para todo tipo de consumidor,
por lo que la tipología de usuarios empieza a ser muy amplia y diversificada.
Es un producto que está sufriendo una democratización muy rápida.
En este caso, el hecho de que durante los periodos de navegación las posibilidades
de realizar cualquier acción se reducen, propician la participación en las actividades
previstas en el programa de animación, pero con la condición de que realmente
sean atractivas y adecuadas al tipo de pasaje.

Estas características genéricas de los establecimientos más frecuentes pueden aportar
una idea de lo diferentes que serán las propuestas de animación en cada uno de ellos.

4.1.2. La localización del establecimiento

Otro de los parámetros a analizar es la localización, el lugar donde se encuentre la
empresa. Aunque se trate del mismo tipo de establecimiento, hay que tener en cuenta que
no será igual programar actividades en la montaña que en la ciudad o en el litoral. Quizás
resulte más asequible la comprensión de la problemática de la localización si se toma
como ejemplo una sola forma de establecimiento; el hotel es la que resulta más adecuada
por la gran cantidad de posibilidades y variantes, que por amplitud puede presentar
en comparación a los restantes tipos de empresas.

Se pueden considerar tres macroámbitos donde situar un establecimiento turístico,
como se ha indicado anteriormente: la ciudad, la montaña y el litoral.

A) La ciudad

Los establecimientos que se encuentran en este ámbito no contemplan la posibilidad
de acoger un proyecto de animación turística tal y como se describe en esta obra. No se
quiere decir con esto que no se puedan ver animadores aplicando algún tipo de acción,
de hecho sí que los hay, pero no con una continuidad intensa como en los otros dos ámbitos.
A consecuencia de esta discontinuidad en las acciones es por lo que resulta discutible
si es adecuado denominar como animación turística estas actividades puntuales, o si
sería más correcto decir de ellas que son solamente animaciones, sin más adjetivos.
Puede existir algún que otro servicio de animación, como sería el caso de un festejo
de aniversario, una convención o cualquier otro tipo de fiesta o evento, pero será ofertado
como un extra y raramente tendrá el trato de servicio incluido. En cualquier caso, de
momento, no se ve un equipo de animación en hoteles urbanos; las demandas de los turistas
van por otro lado, ya que su tipología de frecuenciación es de índole cultural o de negocios
sobre todo y, generalmente, de alto poder adquisitivo.
Otra observación a tener en cuenta es que estas acciones puntuales, si se aplican, suelen
ser en establecimientos de una cierta categoría y capacidad. En los de categorías más
inferiores o de poca capacidad, no suele aparecer esta necesidad.
No se puede considerar, por tanto, que la figura profesional del animador turístico
sea parte integrante del staff de los establecimientos turísticos de ciudad, por lo menos de
momento.

B) La montaña

Entendiendo este ámbito en un sentido más extenso de lo que su denominación puede
indicar, extendiéndose no sólo a la montaña, sino también a todo el medio rural.
En cualquier establecimiento turístico de este ámbito ya se puede encontrar la figura
del animador turístico ejerciendo como tal, y aunque es más frecuente verlo en establecimientos
medianos y grandes, también hay experiencias en que dos o varios establecimientos,
con poca capacidad comparten algún profesional en beneficio común.
En el ámbito de montaña, es válido el proceso que aquí se describe para la aplicación
de un proyecto de animación turística. Los elementos a analizar son los mismos que en el
próximo ámbito, al igual que el diagnóstico y los objetivos; por consiguiente, no habrá
ninguna diferencia en la metodología de creación, pero sí en el resultado. Debido a que
la tipología de frecuenciación suele tener connotaciones que se decantan hacia un mayor
interés por la naturaleza y sus posibilidades, las actividades que se propongan estarán más vinculadas a ella, de entrada, que en los otros dos casos. .
Dentro del abanico de posibilidades que ofrece este ámbito, se puede hacer una división
en dos grupos: uno será el que se puede denominar actividades autóctonas y el otro
que abarca las actividades genéricas.


v Actividades autóctonas. En esta categoría se incluirían todas aquellas actividades
que para su realización o práctica necesiten de la naturaleza o del medio rural para
poderlas proponer en el proyecto. Casi todos los ejemplos más claros estarían relacionados
con la práctica de diferentes deportes. Es lo que Diego Barrado (2001)
denominaría "turismo en la naturaleza": senderismo, treking, paseos a caballo,
excursiones pedagógicas, etc.

Pertenecientes a este grupo son también las actividades que actualmente se
ofertan en casas rurales y albergues, entre otras formas de alojamiento, y que se
relacionan con las actividades cotidianas de los autóctonos. Éste sería el caso del
regadío, la plantación o la recolecta de alguno de los productos propios del lugar,
llegando a ser incluso en algún caso concreto, la base y columna vertebral del producto
que se pone a la venta. Como ejemplo, valga decir la matanza del cerdo, que
se realiza hacia los meses de noviembre y diciembre, y contiene todos estos ingredientes.
Ahora bien, la cuestión estaría en definir si ésta es una actividad de animación
turística, porque es un programa de actividades encaminadas a crear una
vida social intensa entre los turistas, tienen continuidad y persiguen el objetivo de
dinamizar económicamente una empresa o, de lo contrario, si se podría catalogar
como una actividad turística sin más.

v b) Actividades genéricas. Son aquellas que se pueden programar en cualquiera de
los tres ámbitos indistintamente. Pueden estar basadas en aspectos lúdicos, culturales
o deportivos. En este grupo se incluirán las actividades más cotidianas de
los programas de animación turística. Serían los juegos, concursos, fiestas, espectáculos,
etc., que más comúnmente se dan en cualquier tipo de establecimientos
turísticos.


C) El litoral

Este tercer ámbito es el más masificado en cuanto a volumen, además de ser el que
mayor variación de tipología de frecuenciación presenta. Esta tipología se relaciona muy
directamente con las zonas del litoral y determinados municipios, propiciando clases sociales,
edades y poderes adquisitivos bien dispersos, propiciando así unas necesidades de
variación de propuestas realmente muy amplias.

También se dan en el litoral la mayoría de los establecimientos turísticos más variados,
apareciendo prácticamente todas las formas mencionadas anteriormente en la obra, y situadas
generalmente dentro de municipios y cascos urbanos de, relativamente, nueva planta.
Es evidente que la diferencia en las actividades que se programen en este ámbito y el
de montaña, serán las autóctonas, que aquí quedarán definidas por las propias relacionadas
con el mar y la costa más que por las instalaciones que posean los diferentes establecimientos
turísticos.

En cuanto a las actividades genéricas, tienen aquí toda su amplitud ya que tradicionalmente,
éste ha sido su laboratorio de pruebas y, si aquí ha funcionado una propuesta,
luego se ha ido adaptando y repitiendo en los otros ámbitos.
Pero es aquí, en el litoral, donde más influencia puede tener el hecho de que el establecimiento
esté en una parte u otra del municipio turístico. Resulta de capital importancia
para el animador turístico saber cuál es su entorno inmediato: no será lo mismo
crear un proyecto para un establecimiento que esté en primera línea de mar que para otro
que esté a veinte minutos a pie de la playa.

4.1.3. El entorno inmediato

El entorno inmediato es aquel que envuelve directamente a la empresa y define su
situación en el municipio. Este tipo de entorno ha de repercutir en el proyecto de forma
que las actividades respondan a una serie de condicionantes que harán reaccionar de una
manera diferente en cada caso a los turistas residentes.
Estos entornas inmediatos se pueden tipificar desde tres situaciones diferentes:

v La situación tranquila.
v La situación céntrica.
v En primera línea.

a) Cuando el establecimiento se encuentra en una zona del municipio que está algo alejada
de la playa o del centro, en una zona más tranquila. El hecho de que esté alejado
del centro de la oferta de ocio puede provocar un éxodo de residentes hacia
éste. Es un caso que se da con frecuencia en los municipios de costa.
Con el objetivo de retener al mayor número de residentes en el establecimiento,
la propuesta de actividades que se proporcione deberá responder a una estrategia
meticulosamente pensada; las actividades de primera hora, tanto en la franja de la
mañana como en la de la tarde, tendrán que ser las que más atraigan a los residentes;
se podrá decir que son las más agresivas. En caso de que no resultasen adecuadas,
la consecuencia será, con toda probabilidad, que en el establecimiento se
queden pocas personas.

Las actividades de segunda hora podrán tener menos intensidad de interés, no
queriendo decir con esto que carezcan de él, sino que se pueda relajar un poco
más. Se impone una condición que será indispensable, el velar por que el orden
de la intensidad del interés en las actividades sea el descrito y no al contrario, ya
que las consecuencias serían igualmente la desertización del establecimiento.
Con esta variación en la intensidad del interés, se podrán conseguir dos objetivos:
uno trabajar el ritmo genérico del programa, y otro ampliar el abanico de
posibilidades de la oferta para que los residentes puedan encontrar una actividad
que se adecue a sus posibilidades y a sus expectativas.

b) Cuando el establecimiento está en pleno centro, y rodeado de todo tipo de oferta
complementaria lúdica y de ocio. La problemática en este caso se plantea diferente,
y el objetivo será hacer ver a los residentes que la oferta interna es más rentable
para ellos, ya que es personalizad a, que la que le puedan ofrecer otros tipos de
establecimientos (bares, cafeterías, restaurantes, pubs, etc.). Las intensidades de
interés tendrán que ser altas en todas las actividades y, a la vez, variadas, haciendo
bastante más hincapié en las actividades nocturnas, que será el momento en
que, con toda seguridad, más atracción ejercerán esas empresas "parásitas" a los
residentes del establecimiento donde se aplique el proyecto.

c) Cuando el establecimiento está en primera línea de mar, o con acceso directo a la
playa. Esta tercera situación puede ser la menos compleja de solucionar, siempre
y cuando la playa no sea excesivamente estrecha o esté muy masificada. Aquí la
variedad puede tener más importancia que la intensidad. El hecho de que se esté
tan cerca de la playa, de las hamacas y del mar, facilitará la apreciación de la variedad,
ya que se puede aguardar tomando el sol a que llegue la hora de la actividad
escogida sin necesidad de sacrificar el tiempo al sol, ni tener que desplazarse mucho

4.1 .4. El entorno de radio medio

Si la repercusión del entorno inmediato en el programa de actividades se definía como
obligatoria, en el entorno medio en lugar de hablar de obligación se hablará de sugerencia.
Es aconsejable que el entorno medio repercuta de alguna manera en el programa de
actividades, ya que cada vez, y con más fuerza, se está reclamando una contextualización
del proyecto, es decir, que las actividades que se propongan tengan relación con elementos
culturales y geográficos de la zona.
Ejemplos claros y realmente tradicionales de cómo este entorno medio ha repercutido
en los programas de animación turística son el folclore y la gastronomía, sin ir más
lejos, pero hoy en día ya no son suficientes y se imponen otros elementos que se han de
tener muy en cuenta. Éstos pueden ir desde los paisajes mismos, hasta las tradiciones o
incluso las producciones artísticas, en cualquiera de sus manifestaciones, sean éstas arqui-
tectónicas, pictóricas o escultóricas (de cualquier época o momento histórico), o escénicas
contemporáneas. Es evidente que se abre la perspectiva de posibilidades para crear
nuevos horizontes y dar un aire más fresco a los futuros proyectos.

El interés por este contexto medio, del que se puede establecer una relación clara por
la creciente demanda cultural del destino turístico, implica para el animador un esfuerzo
en la recopilación de información (recuérdese la primera obligación del profesional, la
autoinformación, al final del capítulo 3). Así, cuanto más amplio, profundo y riguroso sea
el análisis del entorno, más posibilidades tendrá el profesional de poder canalizar las expectativas
de los turistas desplazados al establecimiento.
En este sentido se apuntaban como posibles campos de investigación el potencial de
la riqueza geográfica de la zona. Cualquier tipo de accidente geográfico susceptible de ser
un atractivo turístico, edificios singulares resultado de unas tradiciones o de tendencias
artísticas, bodegas, pequeños museos, parques, jardines, etc. En otra dirección se podrían
establecer las tradiciones de la zona, que llevarían la investigación hacia la gastronomía,
la música y el folclore autóctono, los vinos, etc. De la misma forma se tendría que tener
en cuenta el potencial de tradiciones artísticas más reducidas y contemporáneas, como
grupos musicales, de teatro en todas sus formas, de danza, de artes plásticas, etc. Las escuelas
especialistas y los centros de formación de la misma localidad donde se encuentra el
establecimiento, o en su defecto, las localidades mayores próximas pueden ser una fuente
de información con la que el animador cuenta para localizar todo este amplio ámbito
de posibilidades.
Otra de las apuestas en este campo serán aquellas empresas que prestan servicios de
deportes de riesgo controlado, y de ocio que están enclavadas en el mismo municipio o
en los alrededores. En este sentido se puede hablar de las hípicas, donde alquilar un caballo
por una hora, o las pistas de cars, etc.

4.1.5. La estacionalidad

Uno de los grandes problemas a que se enfrenta, no sólo la animación turística sino
todo el mundo del turismo, es la estacionalidad. Uno de los factores que más incide en
esta problemática es la dependencia de las condiciones climáticas que una gran mayoría
de empresas turísticas presenta. Con todo, no es el único factor que provoca este fenómeno,
pero desde el punto de vista de la animación turística sí es el más importante y el
que más se ha de tener en cuenta.

La estacionalidad va a repercutir de manera muy directa en la forma del programa y
en las actividades que contengan. Así, poco tendrá que ver un programa, aun cuando sea
para el mismo establecimiento, en temporada de invierno que en verano, aunque los demás
factores determinantes sigan siendo los mismos. Las grandes diferencias estribarán en las
actividades que se realicen en el exterior, sean éstas en instalaciones propias del establecimiento
o se lleven a cabo en la naturaleza.

4.2. Análisis de los recursos físicos


Los recursos físicos es el segundo de los factores a tener en cuenta. De ellos cabe destacar
dos grupos de posibilidades: por un lado, las instalaciones del establecimiento turístico
susceptibles de ser empleadas y, por otro lado, el equipo técnico que esté disponible.

4.2.1. Las instalaciones

A menudo, cuando se habla de las instalaciones, se tiende a pensar que se está haciendo
referencia sólo a las deportivas. Hay que ampliar la visión y hacerla extensible a cualquier
instalación física o técnica que el establecimiento ponga a disposición de sus clientes,
generalmente con el objetivo de poder utilizada a cambio de un alquiler. En este
sentido se podrían enmarcar las pistas de tenis, squash, paddle, o cualquier otra de tipo
deportivo, pero también han de entrar en esta catalogación elementos tales como las mesas
de billar o las de ping-pong, o incluso los simuladores virtuales.

De manera casi obligatoria, el animador tendría que plantearse que cualquier instalación
de la cual disponga la empresa tendría que aparecer, de una forma u otra, reflejada
en el proyecto y, por tanto, en el programa de actividades. La dificultad estribará en
cómo se traduce este hecho en la práctica.

Se apuntaba más arriba que las instalaciones más comunes son las deportivas. Son
pues a éstas a las que primero se hará referencia. El ejemplo será el caso de un hotel que
tenga una pista de tenis al servicio de sus clientes que se alquila por horas. El hotel ofrece
igualmente la posibilidad de alquilar también las raquetas y las pelotas, pero además
la pista se puede reservar hasta la medianoche, ya que está convenientemente iluminada.
Solamente se pide un pequeño plus en concepto del consumo de energía eléctrica, insignificante
si se compara con lo agradable que resulta una partida a la caída del sol.

Está claro que lo que se pretende es explotar al máximo esta instalación, por lo que
el animador tendrá que compartir el objetivo empresarial y, además, potenciado. En este
caso, la solución óptima será que el animador proponga un curso de iniciación al tenis, e
irá dirigido a todas aquellas personas que no sepan aún jugar, pero que se les brinda la
oportunidad de que se inicien gratuitamente. Es de suma importancia que esta actividad
sea gratuita, ya que de lo contrario no sería todo lo efectiva que puede llegar a ser.

Si la actividad ya está clara, ahora se tendrá que buscar la franja horaria. Ésta ha de
ser a una hora en que la pista de tenis esté a mínimo rendimiento. Siendo en verano, esa
franja horaria coincidirá, con toda probabilidad, con las primeras horas de la tarde. Si es
necesario serán pues éstas las que el animador reservará para su actividad. El objetivo de
este horario no será otro que el no bloquear la explotación y el rendimiento que la empre-
sa hace de la pista.

El gancho de la actividad es que, además de que el animador podrá hacer las veces de
instructor, resultará gratuita y las personas que reaccionen estarán todas, más o menos,
al mismo nivel en cuanto a conocimientos en la práctica del deporte. Este hecho se ha de
tener presente puesto que será el que haga posible que esas personas que justamente se
habrán conocido durante la realización de la actividad, más tarde, u otro día van a poder
alquilar pista, con raquetas y pelotas, para seguir practicando el nuevo deporte aprendido
con unos amigos recientemente estrenados.

Siempre que sea posible será el animador quien imparta la clase, si es un instructor
ajeno a la empresa o que sólo se dedica a los deportes, la motivación por parte de los clientes
se resentirá y, por tanto, los resultados no serán los mismos.
El animador ha de tener en cuenta que este tipo de actividades (entiéndanse los cursillos
de iniciación) se tendrán que programar lo más pronto posible, lo más cerca del día
de llegada del turista, para así asegurarse el mayor número de días posible a fin de que
los residentes que han seguido el cursillo puedan entrenarse el máximo de veces, y que
cada vez tengan que alquilar el material y la pista, generando así un gasto inducido que
dinamice la economía de la empresa.

Este principio es aplicable a cualquiera de las instalaciones que el establecimiento
turístico posea. Su aplicación será invariable, siguiéndose siempre los mismos criterios y
metodología, en el caso de que el establecimiento solamente disponga de una instalación
(cancha, pista, mesa, etc.). En el caso de que la empresa tuviera varias, el sistema de explotación
variaría un poco.
Si la empresa posee varias instalaciones del mismo deporte, entonces se tendrán que
plantear dos tipos de acciones: uno serán las clases de iniciación, tal y como se describían
anteriormente, y el otro serán los torneos.
Se mencionó más arriba que los cursillos de iniciación se han de organizar lo antes
posible del día de llegada. Los concursos y torneos se programarán lo más tarde posible,
lo más cerca que se pueda del último día de estancia. La razón no es, como se podría
pensar a simple vista, que así las personas que han realizado el curso tendrán tiempo de
prepararse para el concurso, sino que será porque la actividad va dirigida a las personas
que ya saben practicar el deporte o la actividad. Se crea en ellos la necesidad de
conocer a sus posibles rivales, y darles tiempo suficiente de medir sus fuerzas entre ellos.
Para que sea una técnica efectiva, se tendrá que publicitar adecuadamente y con la suficiente
antelación.
Así pues, en el programa de actividades, en primer lugar se programarán los cursos,
mientras que los torneos serán actividades propias de los últimos días de la estancia, entendiendo
que los colectivos a quienes van dirigidas no son los mismos; mientras que el primer
grupo son actividades apropiadas para principiantes, el segundo serán para personas
experimentadas en el juego o deporte.

El próximo paso en el análisis de las instalaciones del establecimiento será localizar
el lugar idóneo donde situar el escenario para los posibles espectáculos. Tendrá que ser
un espacio muy amplio ya que los espectáculos nocturnos son los que resultan más masificados.
Lo más frecuente es que sea la cafetería, ya que además de ofrecer espectáculos, en
ese mismo espacio, se han de poder hacer consumiciones de varios tipos de bebidas y
pequeños snacks.

En este espacio el escenario ha de tener una especial importancia, puesto que ha de
permitir ver y a la vez ser visto, por lo que implica una complicada estrategia de decisión
del enclave adecuado.

A continuación, tendrá que ser analizado el espacio del establecimiento para localizar
dónde se van a poder realizar las actividades infantiles, o el mini club en caso de crearse.
Lugares con sombras, llanos y sin desniveles, de fácil acceso, etc., constituirán la máxima
prioridad en este tipo de instalaciones. '
Para finalizar el análisis de las instalaciones será importante el repaso de las zonas
interiores y nobles, ya que llevará a diagnosticar cuál de todos estos espacios será el idóneo
para albergar el repertorio de actividades lúdicas y culturales de interior.

4.2.2. El equipamiento técnico

En todo establecimiento turístico con un departamento de animación en activo se
hace necesario un equipo técnico que soporte y facilite la aplicación del programa de actividades.
Los medios técnicos se pueden diferenciar a partir de cinco grupos: los de sonorización,
los de iluminación, los deportivos, los lúdicos, y los de soporte pedagógico

v De sonorización
v De iluminación
v Deportivos
v Lúdicos
v De soporte pedagógico


Recursos Técnicos

Así, el análisis que se plantea en este punto será en base al material técnico disponible
en cada uno de estos cinco ámbitos, y que además sea susceptible de poderse emplear
en las actividades. Este análisis es prioritario antes de pasar a confeccionar el listado de
material, ya que son los recursos disponibles los que el animador ha de tener en cuenta
para crear la base de su propuesta. Sólo en caso de no contar con alguno de los elementos
de los cinco ámbitos se podrá proceder a listado en el presupuesto. De la misma manera
que cuando el animador ha de seleccionar el juego idóneo a aplicar, el proceso correcto
a seguir es revisar en primer lugar de qué material se dispone y ver luego qué es lo que
puede hacer con él (Puertas-Font, 2002: 15); así también el proceso correcto será analizar
primero cómo es el equipo del que dispone la empresa, para determinar luego su utilidad
desde el proyecto:
/"
v Recursos técnicos de sonorización. El análisis de este tipo de recursos es determinante
para el programa de actividades, en la medida en que sin un equipo de sonido,
mínimamente profesional, no se podrán realizar algunas de las actividades clave
para el resultado del proyecto. Las de noche serían el más claro ejemplo de este
bloqueo de posibilidades. Incluso podría afirmarse que sin este equipamiento el
trabajo del animador carecería de sentido. -
La sonorización exterior se ha de realizar con un equipo profesional; esto implica
que hay una serie de elementos diferentes que son necesarios para la aplicación
y dinamización óptima de las actividades en espacios exteriores. Como se puede
ver en el esquema de la figura 4.4, se representan elementos técnicos de sonorización
mínimos: un reproductor de discos compactos (CD), un lector grabador de
discos compactos (CD-R), un lector de cintas de casete, un micrófono de pie y otro
inalámbrico; todos ellos conectados a una mesa de mezclas (mezclador) que posi- e
bilite la simultaneidad de los aparatos de lectura y de voz.
La mesa de mezclas se conecta finalmente a la etapa de potencia, que tiene la
misión de amplificar las señales acústicas recibidas y transmitirlas a los altavoces
o cajas acústicas.
Dentro de este apartado también se tendrían que contemplar los soporte musicales,
es decir, los discos compactos y las cintas de casete.
Así pues, las posibilidades de variación en las propuestas dependerán en gran
medida del número de elementos de que disponga el establecimiento y de la calidad
de los mismos. A mayor número y calidad, mayores posibilidades.


v b) Recursos técnicos de iluminación. En cuanto a los recursos de iluminación, a veces
se los discrimina en beneficio de los de sonido, considerando que no son tan importantes
y que pueden tener una prioridad relativa. Pero lo cierto es que, si son impor
tantes los primeros, éstos constituirán un complemento imprescindible que realza
las aportaciones de los de sonido.
Con mucha frecuencia ocurre que en los establecimientos turísticos medianos
y pequeños solamente aparecen como meros puntos de luz para las actividades
nocturnas de escenario. Esto es debido a que un equipo técnico más complejo necesitaría
una infraestructura de soporte considerable, que muchas veces se considera
que no es rentable para la empresa. Implica una inversión 'alta en los elementos,
pero también en los técnicos que habrán de controlarlos. No obstante, no se
puede pasar por alto que la regla de tres que se establecía con los recursos de sonido
también se cumple en este grupo: a más recursos, más posibilidades de variación,
por tanto más probabilidades de sorprender a los destinatarios con las actividades
programadas.

v c) Recursos deportivos. Normalmente el equipamiento deportivo va determinado por
las mismas instalaciones que se explotan y dependen del establecimiento. Por lo
general este grupo de recursos suele presentar menos complejidad que los dos anteriores.
Puede darse, aunque no es frecuente, que en un establecimiento se disponga
de instalaciones deportivas para alquilar y que no se facilite el material necesario
para la práctica del deporte en concreto. Es por esta razón por la que el análisis
habrá de hacerse no sólo desde un mero recuento de las instalaciones, aspecto que
ya se tuvo en cuenta en el punto anterior, sino que igualmente se tendrá que informar
de si existe la posibilidad de utilizar ese material de práctica y, por supuesto,
revisar su estado y sus condiciones.

d) Recursos lúdicos. La revisión del material correspondiente a los recursos lúdicos
se haría desde varios puntos de vista, y teniendo en cuenta la amplitud del concepto
lúdico. En él se incluyen desde el material disponible para los juegos, sean
éstos infantiles o no, hasta el material deportivo genérico, como pueden ser pelotas,
redes, raquetas, etc., aunque el establecimiento turístico no disponga de las
instalaciones deportivas necesarias para la práctica de esos deportes de los que sí
tienen el material (caso muy frecuente: los balones de fútbol siempre está!}, pero
no todos los establecimientos tienen un terreno donde jugar). Desde esta óptica,
todos estos deportes pueden ser considerados como actividades lúdicas deportivas,
ya que el hecho de no disponer de un terreno reglamentario hace que su denominación
se quede en "actividad lúdica".

e) Recursos de soporte pedagógico. Este último grupo de recursos a analizar incluye
aquel equipamiento que da soporte a actividades de carácter pedagógico. El material
de este grupo va desde trípodes, pizarras o tablones de anuncios hasta proyectores
de diapositivas, de transparencias, de vídeo o de ordenador. Todos y cada uno
de ellos tienen la cualidad de poder determinar las actividades que se programarán
en el proyecto de animación, por lo que todo es susceptible de ser utilizado.

4.3. Análisis de los usuarios o la tipología

De los cinco factores determinantes para analizar la tipología resulta siempre el más
complejo, por ser el más subjetivo de todos ellos. El objetivo de este análisis será detectar
las pautas de comportamiento de los posibles destinatarios de los programas de actividades.
Estas pautas se dividen en tres grandes grupos que pretenden dar la información
de cómo puede reaccionar un segmento u otro ante una propuesta de actividad.

4.3.1. Las franjas de edad

/"
Esta primera segmentación ha de servir al animador para enfocar los tipos de actividades
que ha de programar y perfilar las franjas horarias en las que lo ha de hacer. Así,
el programa será diferente si hay reservas hechas con un porcentaje elevado de niños, o
si por el contrario se ha de prever una gran afluencia de personas mayores. El cariz y el
contenido de las actividades serán absolutamente diferentes. No será lo mismo un proyecto
para un establecimiento en el que abunden los jóvenes que otro en el que las familias
constituyan el grupo más numeroso.
Desde la óptica de la segmentación por edades, se distinguen dos tipos de programas
diferenciados del programa genérico, que son el programa de actividades infantiles o mini
club, y el programa para la tercera edad. La diferencia está en la adaptación de las acciones
a las edades, a las posibilidades físicas ya sus expectativas. En sí, las actividades pueden
ser las mismas que se programen en el genérico, pero no sin mezclar colectivos, y se
dará en caso de que se creen actividades paralelas.
En cuanto a las demás franjas, no se contemplará un segmento determinado como
exclusivo cuando se tenga que crear el proyecto genérico, aunque sea mayoritario, a no
ser que la mayoría sea tal que anule cualquier otro segmento, pero, aun así, lo ideal es
cuestionarse si vale la pena ignorar una parte del potencial de reacción del establecimiento.

4.3.2. Las clases sociales

En esta segmentación se ha de tener muy en cuenta, y además por separado, aunque
se trate de la misma nacionalidad, ya que las pautas de comportamiento y reacción frente
a una misma propuesta son muy diferentes dependiendo de la clase social a la que pertenezcan.
La motivación que causa una actividad determinada no es la misma en las distintas
clases sociales, y lo que a unos puede parecer interesante, motivador y divertido, a
los otros puede llegar hasta resultarles ofensivo.
En el próximo apartado se repasan las pautas de comportamiento según las nacionalidades,
y en dos de ellas se hace una pequeña diferenciación entre clases sociales, mientras
que en las demás la revisión es general.
Como característica que afecta a todas las clases en general se puede mencionar que
el tipo de actividades a las que mejor reaccionan suelen ser los deportes y las competiciones
deportivas de moda. Pero frente a las actividades de escenario las clases altas suelen
ser más reacias, y su actitud más pasiva que la de las clases sociales más bajas.
Otra oferta que interesa y que motiva en general son las actividades infantiles, naturalmente
en el caso de las familias. Pero en las clases sociales altas hay que añadir dos
puntos que pueden llegar a preocuparles y a motivarles a la vez: uno será el aspecto didáctico
y pedagógico que puedan contener las actividades propuestas a los niños, y el otro es
la posibilidad de realizar ejercicio físico a través de algún tipo de deporte o actividad lúdica
recreativa.
Los establecimientos turísticos de alojamiento que frecuentan esas clases más pudientes
siguen siendo los tradicionales, como hoteles con cierta categoría, balnearios, cruceros,
incluso alguna ciudad de vacaciones. No es muy frecuente su asistencia a campings,
ni a aparthoteles, aunque esto no significa que no se dé, sobre todo dependiendo
de la zona en la que esté ubicado el establecimiento, las instalaciones y las facilidades
que éste ofrezca.



4.4. Análisis del cliente: el empresario

Basadas en el grado de conocimiento y de experiencia que éstos posean de las posibilidades y beneficios que la animación turística pueda aportar a su empresa. Es lógico, por tanto, deducir que el punto de vista para realizar la catalogación será el del animador profesional formado, que sabe cómo puede dinamizar la economía, mientras que el empresario, en el caso del negativo, bloquea esas posibilidades
por falta, seguramente, de experiencias previas.
Una consecuencia de la filosofía empresarial y del tipo de empresario de que trate
será el presupuesto que se otorgue al departamento, pudiéndose así establecer una regla
de tres directa: a más y mejor experiencia del empresario, mayor presupuesto y más posibilidad
de variación.
Las condiciones que estén dispuestos a ofrecer o a aceptar vendrán marcadas también
por las experiencias previas y el grado de conocimiento de la profesión.

4.4.2. El empresario negativo

Es aquel que tiene poca información de lo que realmente es la animación turística.
Por tanto, no sa1:Jetodo lo que puede llegar a aportar a su empresa un correcto proyecto
de animación. Con toda probabilidad ha oído hablar de los animadores, pero tiende a pensar
que es un trabajo fácil de realizar y que, de hecho, lo puede llevar a cabo cualquier
persona, aunque no tenga ni formación ni experiencia. Es posible que piense que es más
que suficiente con que sepa algún idioma para poder entenderse con los turistas.
Como es de esperar, no está dispuesto a realizar una inversión, por mínima que sea,
en un nuevo departamento, puesto que no ve la necesidad. Puede que cuestione todas las
propuestas de forma negativa pero, en el fondo, cree que el animador puede salvar la
empresa.
Con frecuencia esta tipología de empresario se enfrenta a otros tipos de problemas
en la empresa relacionados con el factor social y ambiental que se vive en ella. Una de sus
frases delatoras es que la función del animador es hacer "cuatro tonterías para distraer a
la gente".
Dentro de la catalogación, el negativo estaría en el estamento más primario de evolución
y con serias dificultades de progresar, ya que está inmerso en una espiral de la cual
le puede costar salir. Como no está dispuesto a hacer una mínima inversión en animación,
el resultado que obtenga no será todo lo óptimo que esperaba, justificándose así el no
haber hecho la inversión, "si la hubiese hecho habría perdido dinero", podría ser otra de
sus frases. Por consiguiente, el paso al estamento superior de la catalogación se hará muy
lentamente o por presiones de sus touroperadores que le obliguen a tener un programa
de animación mínimamente digno y que satisfaga a los turistas alojados en su establecimiento.
Es un tipo de empresario que poco tiempo atrás estuvo muy extendido, pero que
cada vez se ve más claramente que está en vías de extinción.

4.4.3. El empresario neutro

A esta tipología se podrá llegar por los dos caminos apuntados en la anterior: por evolución
y por obligación. Si es por evolución, ésta será lenta debido a la espiral en la que estaba
inmerso. La más rápida es la de obligación por contrato. Los touroperadores cada vez
con más fuerza intentan que sus clientes obtengan la gama más amplia de servicios una
vez desplazados a los establecimientos turísticos. Por tanto, desde hace ya algunos años, el
servicio de animación se incluye en toda la serie de servicios, que ya nadie discute, que un
establecimiento ha de ofrecer. Como consecuencia de esta demanda aparece la obligación
de que el programa sea adecuado y satisfaga a los usuarios, de lo contrario, este hecho será
susceptible de ser denunciado como una falta grave en cuanto al servicio que publicitan los
establecimientos. También se da una espiral, pero ahora a la inversa. Esta espiral obliga a
corregir fallos y a evolucionar positivamente, a que los turistas satisfagan sus necesidades
de relación social, de actividad física o de cultura por ejemplo, dentro del establecimiento,
aportando así un dinamismo económico que anteriormente no se obtenía, aparte del incremento
de la mejora en la vida social, tanto externa como interna.
Estos hechos no se van a pasar por alto en la supervisión de la cuenta de explotación
de la empresa por parte del empresario, haciéndole ver cada vez con más claridad la necesidad
y la importancia del departamento de animación en su establecimiento. Por este
proceso evolutivo, el empresario podrá llegar al tercer estadio.
Una característica definitoria de esta tipología es la negociación. Ahora se realiza llegando
a acuerdos efectivos. Se podrá discutir el precio de un artículo o de un elemento
de sonorización, por ejemplo, pero no se discutirá la función o la necesidad que la empresa
tiene de él.
Las propuestas que el animador haga a través del proyecto tendrán en esta tipología
más credibilidad que en la anterior, por lo que las nuevas aportaciones que pueda hacer
el animador tendrán un doble sentido motivacional: uno para el empresario al que le aportan
nuevas experiencias, y el otro para el animador, que ve que sus propuestas pueden ser
aplicadas en el proyecto. Esto hace que este segundo perfil presente unas características
que favorecen que el profesional de la animación pueda sentir una predilección por este
tipo de empresario, ya que le permite ser lo más creativo posible con un cierto margen de
error controlado y, por tanto, poder investigar nuevas propuestas de actividades sin grandes
riesgos.

4.4.4. El empresario positivo
/
En la cumbre de la evolución, en el tercer estadio, está el empresario positivo. Años
de experiencia avalan sus criterios sobre las funciones del animador y los objetivos alcanzables
por el proyecto de animación. Conoce bien sus posibilidades y todo lo que puede
aportar a su establecimiento de igual manera sabe hasta dónde puede exigir a sus profesionales.
Se trata del tipo de empresario más exigente de los tres; es consciente de que el
departamento lo ha de dirigir un profesional con experiencia, al que considera un experto
y, por tanto, deposita en él toda su confianza, delegándole cualquier responsabilidad que
se refiera al proyecto de animación o a cualquier otra actividad relacionada con el departamento.
Además de estar interesado en todo lo que se refiera a mantenerse al día y ser
competitivo en el mercado, sabrá cómo tener motivada a su plantilla de animadores.
En cuanto a la negociación, será un empresario que esperará a oír las justificaciones
del gasto que le,presente su animador, mostrando una predisposición a efectuar las inversiones
pertinentes con el objetivo de mantener vivo el programa de propuestas y variarlo
al máximo de un ejercicio a otro. Pero si, por una parte, puede mostrarse indulgente,
por la otra, no hay que olvidar que es exigente, puesto que tiene los conocimientos y la
experiencia, por consiguiente, el animador también ha de ser consecuente con este hecho
y mantenerle informado periódicamente.

4.5. Análisis de los recursos humanos

Hablando de animación turística se ha de tener en cuenta que los recursos humanos
no acaban con los componentes del equipo de animación. Es frecuente ver trabajar a un
animador con algún colaborador espontáneo. En algunas ocasiones, estas colaboraciones
son fruto de la canalización de protagonismos por parte del animador hacia los usuarios.
En otras, puede ser debido a que el animador, por ejemplo, necesite un soporte en uno
de los idiomas que no domina plenamente; en este caso, no tendrá por qué dudar en recurrir
a una persona que no pertenezca al equipo de animación, o que sea un cliente dispuesto
a colaborar.
Pero éste no es el único caso en el que el animador puede recurrir a dichas colaboraciones.
Otra de las situaciones sería cuando algún miembro del personal del establecimiento está dispuesto a participar en una de las acciones de los animadores.

4.5.1. El equipo de animadores y sus características

Cuando se analiza el equipo de personas que configuran el departamento de animación,
se tendrá en cuenta, en primer lugar, el número de profesionales que lo integran. No
será igual la creación de un programa con dos animadores que con cuatro; aunque el establecimiento
sea el mismo, la propuesta sería bien diferente.
El número mínimo ideal de profesionales en un establecimiento, por pequeño que sea
(incluiría también a las empresas que comparten animadores, asunto que se abordó en su
momento), es de dos personas. Difícilmente se verá un solo animador aplicando un programa
de actividades.
En un establecimiento en el cual el proyecto se aplique por dos animadores, las franjas
horarias pueden ser de dos actividades por la mañana, dos, o como máximo tres, por
la tarde, y una por la noche. Calcular de modo aproximado cuántos animadores necesita
un establecimiento turístico se puede hacer a partir de su capacidad. Si se trata de campings
o ciudades de vacaciones, se calculará que será necesario un animador para cada
400 residentes aproximadamente, mientras que en los casos restantes el cálculo se hará
sobre un animador para cada 200 a 250 personas.
Es evidente que en muchos establecimientos no se cumplirán estos porcentajes, y en
bastantes establecimientos hoteleros de 800 plazas el equipo de animación lo integran dos
personas, pero esta decisión corresponde al propio empresario, que como ya se vio, estará
relacionada con la información que tenga de la animación turística, y de las experiencias
previas con la misma.
Con tres animadores se pueden empezar a plantear las actividades paralelas, es decir,
dos actividades que se programan a la misma hora pero en espacios diferentes y dirigidas
a colectivos también distintos. Con cuatro animadores se pueden planificar programas
paralelos, como podrían ser el de niños, o mini club, el de juniors, el de deportes, etc. Así
pues, a mayor número de animadores, habrá más posibilidades de variar la cantidad y la
intensidad en las actividades.
Además del número, también son de máxima importancia las aptitudes, las habilidades
y la experiencia de cada uno de los componentes del equipo, empezando por el responsable
del departamento, quien podrá marcar un carácter determinado a todo el programa,
en función de estos conceptos.
Como es lógico, este aspecto también será un factor condicionante de la forma final
de la propuesta de actividades. Así, por ejemplo, si en el equipo hay un mayor número de
personas que dominan los deportes, la propuesta, seguramente, se decantará por actividades
que tengan más relación con el tema deportivo que por otros.
Éstos son conceptos más sutiles e inconscientes, pero sin lugar a dudas se plasmarán
en la metodología y el programa de actividades del proyecto de animación.

4.5.2. El staff como soporte puntual de actividades

En la definición de animación turística se hizo referencia a la importancia de la comunicación
y de crear un determinado ambiente en un establecimiento. Esta comunicación
y este ambiente no se limitan a implicar solamente a los residentes, sino que también se
hace ya extensible a todas las personas que, de una manera u otra, conviven en él, bien
sea como turistas o como profesionales que prestan sus servicios en la empresa. Así pues,
en el objetivo de comunicación integral, entra ahora también la obligación del animador
de incluir al staff como destinatario de alguna de las propuestas que recoja el proyecto de
animación.
Con este objetivo determinadas actividades del programa van estar encaminadas a
crear relaciones y colaboraciones horizontales entre diferentes departamentos del establecimiento.
Estas colaboraciones se entienden en el sentido de implicar directamente a algunas de las personas de un determinado departamento en una acción concreta de animación, ya que desde el punto de vista de colaborar por razones de compartir espacios o instalaciones es algo cotidiano, necesario y lógico que ya se ha abordado. Lo que ahora se presenta es una relación nueva, una nueva óptica que procura implicar directamente a
otros profesionales del establecimiento, de tomar parte activa en una propuesta del departamento
de animación.
Como ejemplos de esta nueva relación se podrían citar algunas actividades, entre las
que destacarían las de franja horaria nocturna; la organización de una barbacoa paralela
al servicio de cena en el restaurante (en caso de que el establecimiento ofrezca pensión
alimenticia a sus clientes). Esta actividad tendrá que implicar a varios departamentos que
se verán obligados a hacer un esfuerzo extra, ya que supondrá el atender dos espacios distintos
y, seguramente, separados el uno del otro. Primeramente será el departamento de
Cocina el que tendrá la mayor dificultad, ya que supondrá una instalación exterior para
la elaboración de los diferentes platos que se oferten, teniendo en cuenta que la base serán
las carnes a la brasa. Restaurante/Sala tendrá que dotar al espacio de una infraestructura
mínima que posibilite el que los clientes puedan acceder con toda facilidad a los utensilios
necesarios para poder realizar la cena con la máxima comodidad.

Las actividades de la animación turística

Se puede considerar que una actividad de animación turística es cualquier acción que
cumpla con los objetivos y que, por tanto, se enmarque dentro de un proyecto. Así pues, no se podrá definir como tal una actividad aislada, aunque se realice en el seno de un establecimiento turístico, caso en el cual podría llegar a considerarse como una actividad de animación, sin otro calificativo.
El abanico de posibilidades del que dispone el animador turístico es tan extenso que
resulta prácticamente inabarcable, motivo por el que en este capítulo se pretende tipificar
y dividir las actividades que finalmente podrán ser ofertadas dentro de los proyectos;
de animación turística. El objetivo de este capítulo no es elaborar una lista de actividades
sino que se plantea como una guía o plantilla para poder construir esa lista interminable
de posibilidades.

5.1. Actividades y tipos de animación turística

Es relativamente frecuente encontrar referencias a diferentes tipologías de animación
turística. Estas clasificaciones suelen incluir denominaciones tales como animación cultural,
animación nocturna, animación de tercera edad, animación infantil, animación de
cruceros, etc. La diferencia entre unas y otras parece radicar en diferentes aspectos, como
serían los tipos de actividades que contienen, el lugar en donde se aplican, el momento
del día en el que se dan, la adaptación a un colectivo específico o a una edad determinada,
etc. Con el objetivo de simplificar la compleja realidad laboral de los agentes aplicantes,
la división que se propone en este capítulo se va a basar en una clasificación por
el contenido de las actividades, cosa que va a reducir la complejidad haciendo que sea
bastante más práctica y funcional. Se dejan, por tanto, de lado las divisiones según la tipología
del usuario a la que van dirigidas, según la localización (animación hotelera, de crucero,
urbana, etc.) o según el tiempo (nocturna, diurna, etc.). Son especificaciones que se
podrían trabajar perfectamente una vez que el animador haya adquirido además algunos
conocimientos empíricos.
La clasificación que se propone se basa en tres tipos de contenidos, a saber: cultural,
deportiva y lúdica. Una vez que se especifique cuándo una actividad se considera de uno
u otro tipo, el animador turístico podrá determinar qué clase de animación está ofertando
a los clientes del establecimiento turístico.
La mayor dificultad que presenta esta clasificación será establecer con precisión la
frontera entre un tipo u otro de estas actividades, es decir, saber cuándo se clasifica una
actividad como cultural, cuándo es lúdica o cuándo deportiva, si las tres se han de presentar
desde un punto de vista de una diversión mínima garantizada. Desde esta óptica
cualquier actividad tendría que ser lúdica, pero si nos atenemos a Huzinga, o hasta a Fourastié
(en García Vega, 1975), cualquier juego o distracción que el hombre realice, repercute
finalmente en la adquisición de conocimientos, por tanto en la cultura, así que ¿se
tendrían que clasificar todas las actividades del programa como culturales? Esta indefinición
constituirá la gran dificultad del animador, y va hacer que considere con cierta profundidad
el contenido de las actividades y que estudie bien sus objetivos, ya que de ellos
dependerá en gran medida dónde se sitúa la frontera entre unos y otros.

5.2. Las actividades adecuadas y las adaptaciones

Tal y como se ha visto en el capítulo anterior, que unas determinadas actividades puedan
ser adecuadas no dependerá exclusivamente del tipo de público objetivo, sino que es
bastante más complejo. Es una decisión apriorística y con bastantes variables, ya que se
trata de ofrecer una actividad que motive al destinatario, como también se ha visto ya,
con lo que las motivaciones están igualmente sujetas a constantes cambios. Así pues, como
ocurre en muchos otros productos de ocio, el animador no tendrá la certeza absoluta de
saber si una actividad va a ser aceptada, ni tampoco en qué medida. Para ello no tendrá
más vía que la de esperar y ver la reacción que la propuesta produzca en los destinatarios.
La adecuación, por tanto, ha de ser planteada como un elemento apriorístico sujeto a alguna
variantes.
El margen de error (o de inadecuación si se prefiere) de una actividad estará relacionado
directamente con la información previa que el profesional tenga de las variantes y
de las circunstancias que envuelvan la acción. Por esta razón, es del todo imprescindible
que el primer paso del animador turístico en un establecimiento sea la recopilación de
información, ya que cuanta más se consiga, habrá más posibilidades de que su propuesta
de actividades sea adecuada.
Las dificultades de adecuación se agravan cuando se trata de establecimientos turís-
ticos pequeños y medianos. En ellos es prácticamente imposible confeccionar programas
que incluyan actividades que pretendan ser multitudinarias o, dicho de otra manera, que
atraigan a un alto contingente de participantes, a excepción, claro está, de las festivas nocturnas.
Este hecho obliga al animador a ser lo más creativo posible en sus propuestas. La dificultad parece ser menor cuando se trata de un establecimiento de grandes dimensiones, con muchos más residentes, por consiguiente, con más potencial de asistencia. No se quiere decir con ello que sea fácil o que carezca de problemática la oferta de un macro-establecimiento, sino que las posibilidades de reacción a las propuestas tienden a ser, en
números relativos, más elevadas que en las empresas de menor tamaño. Con esto se pretende llegar a la conclusión de que tampoco hay una fórmula que asegure, ni aún en los grandes espacios, una adecuación apriorística de las actividades, y que ésta depende siempre de la cantidad y calidad de la información previa que se tenga de los factores determinantes y de las circunstancias.

El próximo elemento a tener en cuenta son las adaptaciones. Para el animador turístico
el término "adaptación" resulta imprescindible e ineludible, ya que continuamente se encuentra con limitaciones de espacio y, en algunas ocasiones, también de recursos materiales, que son los dos casos más frecuentes. Por esta razón, el profesional de la animación turística se verá en la necesidad continua de tener que adaptar las actividades a las circunstancias y las necesidades que cada ocasión requiera. Así, de entrada, no se desestimará ofertar una actividad que se considere adecuada por varias de las circunstancias que se han comentado anteriormente, aunque no lo sea para otras. Bajo este concepto aparece la necesidad de adaptación. La adaptación puede aparecer no sólo por necesidades de espacio y material, en algunos casos también es necesaria por cuestiones de edades, de políticas de empresa, por presupuesto, por recursos humanos, etc. No todos los establecimientos turísticos disponen de un espacio para organizar un partido de fútbol, por ejemplo, pero, a pesar de la problemática, el animador siempre podrá intentar la adaptación de las reglas del juego o deporte, a un espacio, a unos jugadores no profesionales, e incluso a un material o a cualquier otra circunstancia, antes de descartarlo definitivamente (Puertas-Font).
Esto es sólo un ejemplo de un hecho cotidiano en la animación turística. Es relativamente
frecuente que, incluso hoy en día, en el proceso de diseño y construcción de un establecimiento turístico no se tengan en cuenta las necesidades de espacio que el departamento de animación tiene, aunque es un hecho que tiende a desaparecer.

5.2.1. Tipos y división de las actividades

Se ha propuesto más arriba la catalogación de las actividades a partir de sus contenidos.
Es la división más utilizada entre los profesionales de la animación; por tanto, se puede decir de ella que es la más tradicional (figura 5.1).

Tipos de actividades

v Actividades lúdicas
v Actividades deportivas
v Actividades culturales

FIGURA 5.1. Tipologías de actividades en la animación turística.

Aunque a simple vista la diferencia entre unas y otras resulte bastante evidente, es
posible que no lo sea tanto. En primer lugar, se tendría que apuntar que cualquier tipo de
actividad que se programe en un proyecto de animación turística ha de cumplir con un
objetivo prioritario de motivación de los destinatarios, ya que, si no fuera así, el progra-
ma no tendría sentido, no se conseguiría el objetivo de fomento social en los destinatarios
y, por tanto, difícilmente se llegaría al de la dinamizaci6n económica del establecimiento.
Se podrá deducir, por consiguiente, que atendiendo al primero de ellos todas las
actividades han de ser lúdicas o ser planteadas desde un punto de vista de una fuerte carga
lúdica que asegure la diversión.

v Si las actividades que se programen son del primer tipo, es decir, juegos en su mayoría,
el componente lúdico es inherente a ellas, por tanto, no presentarían, en este
sentido, ningún tipo de problemática en cuanto a su catalogación.

v b) En el caso de las actividades deportivas, se hace casi imprescindible remarcar que
siempre se ha de hacer más énfasis en la parte lúdica de las mismas, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que este aspecto de la actividad no sea lo suficientemente evidente, cosa que podría llevar a que se percibiesen como actividades de rigurosa competición, y este aspecto no siempre es el que el animador turístico busca con los deportes. No se puede perder de vista que el objetivo de las actividades deportivas, en animación turística, también es fomentar las relaciones y la vida social entre los participantes, y que el deporte de rigurosa competición puede llevar consigo una agresividad que en contadas ocasiones interesa al animador.
Esta idea del fomento del aspecto lúdico resulta más que evidente en la típica frase hecha "lo importante es participar", que para el animador tiene que ser un hecho real y transgredir los límites de la frase hecha, restando importancia no sólo a los perdedores, si no también a los vencedores.

v c) Con demasiada frecuencia se ha asociado la idea de actividades culturales a actividades poco atractivas y con escaso interés. Afortunadamente, esta asociación es cada vez más escasa y hoy en día la mayor parte de los turistas demandan con contundencia este tipo de actividades. Es evidente que detrás de una buena actividad cultural puede encontrarse un componente lúdico muy importante. Ahora ya se puede jugar con los "conocimientos" a nivel más popular; como buen ejemplo de ello se podría citar alguno de los programas concurso de los diferentes medios de comunicación, aunque se tendría también que recordar que no son los únicos elementos culturales que llegan al público a través de los mass media, como con cierta frecuencia y en algunos círculos se considera erróneamente. El divertirse con la cultura está cada vez más arraigado en la vida cotidiana de cualquier ciudadano del Primer Mundo.

De lo mencionado en los tres puntos anteriores se desprende la conclusión de que, sea la que sea la actividad que se pretenda programar, ésta ha contener un componente lúdico importante sin depender de la categoría la que pertenezcan, es decir, que cualquier actividad que quiera catalogarse como de animación turística en primer lugar ha de resultar divertida para el turista.
Cuando en animación turística se habla de una actividad, se considera que ésta, de una manera u otra, implica siempre un porcentaje de los tres tipos de contenidos. Se trate de la actividad que se trate, se puede afirmar que contiene un tanto por ciento del componente lúdico, otro tanto del deportivo y otro tanto del cultural. El porcentaje de este contenido es una idea abstracta, no mensurable, pero suficientemente clara como para determinar si una actividad será catalogada como lúdica, deportiva o cultural por el animador turístico; de tal manera que el hecho de que una actividad en concreto acabe siendo clasificada en una categorías u otra dependerá del porcentaje que los
componentes contenga.

5.2.2. Las actividades lúdicas

En el contexto de la animación turística se podría considerar que las actividades lúdicas
son aquellas que remiten directamente a la diversión o al juego, entendidos ambos en
su máxima amplitud, y que además no presentan ningún otro objetivo externo o deducible
a simple vista. En este bloque se podrán situar todas aquellas actividades que, tanto
el animador como el destinatario, se relacionen con la diversión, venga ésta a través de la
contemplación de una acción, de la realización de la misma, de un ejercicio físico, de determinados
movimientos, etc.
Antes de seguir adelante se hace imprescindible recordar que existe un hecho educacional
y pedagógico que todo juego contiene, que es inherente a él y del que no se le
puede separar, es el Homo ludens del que Johan Huizinga habla en su obra, donde dice
que es gracias al juego como el hombre ha podido edificar su cultura intelectual, estructurada
y organizada; es así como el sociólogo neerlandés contribuye enormemente a la
idea de lo abstracta y borrosa que resulta la división de las tres categorías de contenidos
en las actividades. Con su teoría presenta el juego y la cultura como hechos estrechamente
relacionados, pero sobre todo inseparables.
Conscientes ya de esta amplitud, una actividad de animación turística se catalogará
como lúdica, por ejemplo, cuando el porcentaje de este componente se detecte más alto
que el deportivo y que el cultural. Para explicar este concepto se tomará como ejemplo
el juego de "las pelotas nominales", del grupo de los juegos de "romper el hielo" (Puertas-
Font, 2002: 36).
De él no se puede decir que sea un deporte; para empezar, su objetivo no es deportivo,
pero sí hay elementos propios de un deporte, como serían las pelotas que se utilizan,
los movimientos que se realizan, el ejercicio físico que se requiere para realizarlo, etc.
Tampoco se puede afirmar que sea una actividad cultural, aunque igualmente presente
elementos pedagógicos que así la definen y la potencien, además, claro está, de la citada
teoría de Huizinga.
Lo más comprometido del proceso sería determinar el porcentaje de incidencia en la
actividad de cada uno de los tres componentes. Haciendo un esfuerzo de abstracción se
puede llegar a la conclusión de que en el ejemplo de las pelotas nominales el componente
deportivo supera al cultural, aunque el margen sea mínimo, y lo que quedaría claro es
la supremacía de la carga lúdica, no cabe duda de que el aspecto lúdico de la actividad es
el más evidente. El animador turístico catalogaría, por tanto, este juego dentro del grupo
de las actividades lúdicas.
Una parte importante de las actividades que se pueden situar en el grupo de las lúdicas
son los juegos. Para la revisión que a continuación se ofrece del grupo de juegos, se
ha tomado como base la obra Juegos y actividades deportivas para la animación turística
(Puertas-Font, 2002).
Se recurre a ella para concretar las actividades y para realizar un listado de ejemplos
de actividades, ya que en ese libro se lleva a cabo de forma mucho más profunda. El esquema
de la figura 5.2 es el resultado de un resumen del contenido del total de juegos lúdicos
que contiene.


Juegos de Romper el Hielo.

Juegos de Noche.
v Juegos de Integración.
v Juegos de Baile.
v Juegos Concursos
v Juegos Dinamizadores

Los juegos Sensoriales

Juegos Exteriores.
v Juegos de base deportiva.
v Juegos de piscina
v Tradicionales.

Macrojuegos.
v Juegos de mesa ampliados
v Gincanas
v Juegos de pista y rallies.
v Kermesses

Juegos Culturales
v Juegos matemáticos y mayores.
v Juegos de deducción lógica.
v De mesa y sociedad

FIGURA5.2. Esquema de juegos para la animación turística.

Otro bloque importante de este grupo de actividades lúdicas son las festivas y recreativas
nocturnas, que se representan en el esquema de la figura.5.3. Serán aquellos eventos
festivos no basados en la cultura ni en los deportes; por tanto, entrarían en esta
categoría las fiestas y concursos de todo tipo, cuyo objetivo externo principal sea la
diversión.
Cada uno de los tipos de actividades del esquema que se representa en la figura 5.3
se podría desglosar en infinidad de posibilidades de las que aquí tan sólo se citarán algunos
ejemplos muy tradicionales.

Fiestas y eventos de noche

a) Fiestas de bienvenida
b) Fiestas de elecciones
c) Concursos
d) Fiestas de carnaval y de disfraces
e) Espectáculos de entretenimiento
f) Espectáculos de participación
g) Contrataciones externas

a) Fiestas de bienvenida. Generalmente son tipos de fiestas que utilizan danzas y juegos
de participación con el objetivo de integrar a los recién llegados con los clientes
que ya están alojados en el establecimiento.

b) Fiestas de elecciones. Son el tipo de fiestas que más se ha utilizado en la animación
turística, algunas de ellas tanto que han llegado a sobrepasar el límite de lo permisible.
Entre las más significativas se encuentran el "Mister", la "Miss", la "Pareja
ideal", o los "Romeo y Julieta", por citar sólo algunas de las más populares.

c) Concursos. En esta tipología se incluirían los concursos de baile, lo>,de disfraces,
o cualquier otra estructura de juegos que esté formada por elementos del grupo
de los juegos concurso (Puertas-Font, 2002), y que no necesariamente estén sujetos
a una temática determinada, como sí ocurre en el caso anterior.

d) Fiestas de carnaval y de disfraces. A diferencia del grupo de los concursos,
aquí se podrían situar las fiestas y eventos que, aun conteniendo elementos
similares al grupo "c", no sean competitivas, sino que su objetivo pretenda
dinamizar totalmente el ambiente del establecimiento o de crear uno determinado.

e) Espectáculos de entretenimiento. Es el tipo de espectáculos creados y ejecutados
por el equipo de animación al completo, más los que, en ocasiones, cuentan con
la colaboración de otros miembros del staff del establecimiento. El ejemplo más
típico serían los espectáculos basados en obras musicales, siendo el más clásico de
ellos "Cabaret".

f) Espectáculos de participación. Resultan algo más reducidos en su temática que los
anteriores debido a que son más limitados en cuanto a repertorio; la diferencia
estriba en que en estos eventos participan los mismos clientes del establecimiento
junto a los animadores, adoptando estos últimos una serie de funciones más
diversificadas, que pueden ir desde la coordinación y dirección del espectáculo
hasta la colaboración en escena de ambos colectivos.

g) Contrataciones externas. Bajo esta denominación se conocen los espectáculos y
acciones llevados a cabo por personal ajeno al establecimiento, que se contrata
para ocasiones puntuales o, incluso, para días fijos establecidos sobre un calen-
dario. En el primer caso, pueden ser especialistas de un tema concreto que se
necesiten para un evento puntual, como músicos, payasos, magos, faquires, etc;
En el segundo caso, puede tratarse de los mismos profesionales, pero aquí la dife-
rencia estaría en el tipo de contrato que se les aplica, que aunque también es pun-
tual, tiene una cierta periodicidad. El ejemplo más claro son los grupos musica-
les que actúan durante los meses de verano en los establecimientos turísticos de
costa, normalmente una vez por semana.

También, desde un punto de vista lúdico, se pueden considerar muchas de las pro-
puestas de actividades que suelen llamarse "talleres de manualidades". Rozando el ámbi-
to cultural, en muchos de ellos se tendría que hacer una diferenciación argumentada a
partir del objetivo con que el animador las proponga. Hay talleres de manualidades que
persiguen el aprendizaje de una técnica determinada, razón suficiente para calificarla
como cultural, pero si el objetivo es un mero "pasar un tiempo relajado" pintando una
tela, confeccionando una máscara, construyendo un disfraz, etc., entonces podrá ser cata-
logada como una actividad de manualidades lúdica
Con criterios similares se pude hablar de audiciones y visionados de películas, con-
ciertos, reportajes, dibujos animados, etc.

5.1.3. Actividades deportivas

-
Las actividades deportivas en el mundo de la animación turística dependen en primer
lugar, y de manera generalizada, de las instalaciones con las que cuente el establecimiento turístico.
Otra de las variantes que se tendrá en cuenta será el material disponible; y aunque su incidencia no sea tan significativa como el espacio, sí puede acabar siendo un condicionante importante. Sin dejar de lado la problemática planteada en el punto anterior, es decir, la indefinición a la que el animador turístico se enfrenta a la hora de catalogar las actividades, ahora además se añade otro elemento a esa dificultad ya existente
el espacio disponible.
Desde esta perspectiva el animador podrá ofertar cualquier tipo de actividad depor-
tiva que las instalaciones le permitan. Cada una de las actividades deportivas suscepti-
bles de ser programadas va a tener varias posibilidades de presentación o de oferta; así,
un mismo deporte se podrá programar bajo diferentes denominaciones y con diferen-
tes objetivos. Las variantes más utilizadas, además de la práctica no competitiva del mis-
mo, serán por ejemplo las competiciones, consideradas como ligas y torneos, las clases
y las demostraciones, tal como se representa en el esquema de la figura 5.4 con el ejem-
plo del baloncesto.
En cada uno de los cinco casos la denominación del tipo de actividad ha de quedar
clara para que el destinatario sepa si esa actividad se adecua a sus conocimientos y domi-
nio del deporte en cuestión, a fin de que se autoseleccione él mismo, que pueda valorar
y decidir finalmente si participa en la propuesta, o si por el contrario no es de su inte-
rés, por estar dirigida a otros niveles de práctica, y prefiere adoptar el papel de partici-
pante pasivo.
--
11
Otro de los grupos de deportes es el que se puede originar como consecuencia de
un problema de escasez de infraestructura en el establecimiento turístico. En alguna
ocasión se da el caso de que por falta de espacio el animador considera la posibilidad
de realizar actividades fuera del establecimiento. Añadir, en primer lugar, que esta posibilidad
no tendría que dejarse como un recurso frente a una dificultad de escasez de
espacio, sino que, por el contrario, es altamente aconsejable que pase a ser un planteamiento
inicial en la creación del proyecto, con el objetivo de aportar amplitud y variedad
al programa de actividades. En este caso se hace necesaria la aprobación de la directiva
de la empresa, y bajo ningún concepto el animador turístico podrá programar una
actividad fuera del establecimiento sin el consentimiento previo de jefes, directores o
personas responsables del departamento. Este tipo de actividades suele ser del grupo
de los deportes, pero no es exclusivo de ellos, ya que también se pueden realizar algunas
actividades lúdicas (paseos, gincanas, rallies, etc.) y un buen número de culturales
como se verá más adelante. /
Este grupo de actividades abarca las que se pueden realizar, por ejemplo, en la playa,
en instalaciones municipales de la localidad, en instalaciones privadas susceptibles
de ser alquiladas o, incluso, contratando los servicios, material e instalaciones de empresas
ajenas al establecimiento, como sería el caso de las empresas dedicadas a los deportes
de riesgo controlado y aventura. El esquema de estos ámbitos es el que aparece en la figura 5.5.

FIGURA 5.5. Ámbitos de las actividades deportivas en la animación turística.

a) En las instalaciones del establecimiento
b) En espacios urbanos públicos
c) En instalaciones municipales
d) Contratos con empresas de servicios

La subdivisión o ámbito "a" es el correspondiente a las actividades que se programan
dentro del establecimiento turístico; es el más frecuente, y se trata por tanto del ámbito
al que se ha hecho referencia hasta el momento.
En cuanto al segundo, al "b", se refiere a los espacios de uso público, de acceso libre
y gratuito con los que un municipio pueda contar. En una población de costa, la playa
sería un ejemplo claro de un espacio de este ámbito susceptible de ser utilizado por los
animadores turísticos. .
Aunque a simple vista dé la impresión de que se pueda utilizar sin más requisitos que
el de ser un "habitante" del municipio, para cualquier actividad deportiva que se pretenda
organizar en estos espacios (no se ha de olvidar que son de'propiedad o de gestión
municipal), se tendrán que tramitar los correspondientes permisos de utilización, o informarse
de si éstos son necesarios, antes de programar la actividad.


El ámbito "c" corresponde a las actividades deportivas que se lleven a cabo en espa-
cios o instalaciones municipales que por regla general se alquilan, como canchas de baloncesto,
campos de fútbol, piscinas, etc. Estos casos se pueden reservar para competiciones
que sobrepasen, por ejemplo, los límites de un solo establecimiento turístico, e intervengan
más de uno. También se pueden dar a través de algún acuerdo al que el municipio
haya llegado con uno o varios establecimientos de la zona, con un objetivo, por ejemplo,
promocional.
El cuarto ámbito, el "d", corresponde al grupo de deportes o actividades deportivas
que para su realización generalmente se subcontratan a terceras empresas. Como se mencionó
más arriba, son claros ejemplos las empresas de servicios de deportes de riesgo controlado
y aventura. En contacto con empresas de este tipo instaladas en la zona, se puede
presentar un mínimo de tres opciones para ofertar sus actividades:

v Fuera del establecimiento turístico, en el medio natural necesario para que se den
las condiciones que se requieran para la realización de la actividad en concreto.
v 2. En el recinto de la misma empresa de servicios, donde puede haberse instalado
una infraestructura más o menos compleja que permita la realización de un tipo
concreto de deportes.
v 3. En las mismas instalaciones del establecimiento, donde la empresa de servicios
habrá instalado una infraestructura desmontable o temporal que soporte las necesidades
de una o varias actividades.

Prácticamente en todos estos ejemplos la función o el papel del animador turístico
pasará a ser el de organizador o coordinador de los grupos de personas que se interesen
por la práctica de la actividad. No se ha de olvidar nunca que los auténticos expertos y
profesionales en estos casos no son los animadores de los establecimientos turísticos, sino
el personal especialista con el que cuentan las empresas de servicios.

5.1.4. Actividades culturales

De la misma manera que en los otros dos grupos se hacían divisiones para facilitar la
descripción de las posibles actividades y poder integrarlas en la clasificación correspon-
diente, en este tercer grupo se propone una división más sencilla basada en la postura que
el participante adopta ante la actividad. Esta catalogación contempla dos posibilidades,
a saber, las actividades culturales de realización y las actividades culturales de contemplación
del esquema de la figura 5.6.

En las de realización se incluyen todas aquellas actividades en las que la función del
destinatario requiere su participación activa, bien sea para confeccionar algún objeto
(como en el caso de los talleres de manualidades), por motivos de desplazamiento (en una
visita), de dar una opinión (en las degustaciones o las votaciones), de aprendizaje (en un
curso), etc.
Dentro de las actividades culturales de realización se distinguen ocho posibilidades
diferentes que se definen a continuación:

v Talleres de manualidades
v Cursos de aprendizaje
v Juegos y macrojuegos
v Degustaciones
v Visitas
v Danza y teatro
v Debates y charlas
v Biblioteca y lectura
v Contemplación con


a) El primero grupo corresponde a los talleres de manualidades, aquí se situarán todos
aquellos talleres en los que se haga referencia y se practiquen actividades de artesanía
típica de la zona o también artesanía creativa, incluyendo técnicas como por
ejemplo la cerámica, el tinte, los metales, los esmaltes, las labores, el papel maché,
el mimbre, etc.

b) El grupo "b" es el de los cursos de aprendizaje. Estrechamente relacionado con
los talleres de manualidades, ya que puede incluso llegar a incluir alguno de ellos,
el grupo también se hará extensible a otros ámbitos, como podrían ser los cursos
de idiomas o los de aprendizaje de una técnica específica determinada.

c) En ese grupo se engloba la parte más lúdica de las actividades de realización, son
los juegos y los macrojuegos. Algunos de los juegos de sociedad podrían incluirse
en este grupo, tipo Monopoly, de la misma manera que es posible incluir también
el ajedrez y el trivial, por citar sólo unos ejemplos. Un Quizz es otro de los juegos
culturales que se englobaría dentro de esta tipología. Macrojuegos como alguna
gincana o algún rallie, en los que el objetivo tenga relación directa con la cultura
o el aprendizaje, podrían igualmente estar incluidos en este grupo, de la misma
manera que, evidentemente, estarán contemplados todos los juegos culturales descritos
en la obra Juegos y actividades deportivas para la animación turística, de la
cual ya se ha hablado anteriormente.

d) Las degustaciones es la próxima tipología. En este grupo se incluirán todas las demostraciones
gastronómicas en las que, después de seguir el proceso de elaboración del
producto, la actividad contemple una pequeña degustación por parte de los participantes.
En el caso de que no existiese la degustación, habría que situar la actividad
dentro del cuarto grupo de las actividades culturales de contemplación, es decir, de
las muestras, ya que el papel del participante sería eminentemente pasivo. Paellas,
gazpachos y sangrías son los ejemplos más utilizados, aunque no los únicos.

e) Las visitas se incluyen en la tipología de las actividades de realización ya que implica
un papel activo por parte de los participantes. Este rol activo se sitúa en el desplazamiento
hacia el lugar a visitar, que forzosamente tendrá que estar en las proximidades
del establecimiento turístico. Se descartan como visitas las excursiones
que puedan estar organizadas por agencias de viajes, y que por tanto quedan excluidas
d~ ser ofertadas dentro del programa de animación turística del establecimiento,
siendo el guía oficial o el guía representante de la agencia el único profesional
que puede ofrecer estas actividades a los residentes del establecimiento. El
animador turístico tendrá que aplicar un código ético y profesional de respeto hacia
la función de otros profesionales del ámbito turístico.

f) La participación activa en determinadas danzas y en algunas puestas en escena,
son acciones que se enmarcandentro de este grupo, el "f". Por extensión se entenderá
que no solamente el momento de la puesta en escena o de la práctica de la
danza delante del público será una actividad de este grupo, sino que se sobrentiende
que los espacios de tiempo dedicados a los ensayos se tendrán que incluir
también en este grupo como parte de la actividad.

g) En este grupo se incluyen los debates y las charlas. Para situar estas actividades
dentro del grupo de las de realización, los debates y las charlas han de permitir la
participación activa de los destinatarios, y, en el caso de que esta interactividad no
fuese posible, la acción no podría estar catalogada dentro del grupo, debido a la
imposibilidad de que los participantes puedan tener un papel activo en ella, cosa
que convertiría la actividad en una conferencia y, por tanto, clasificable solamente
en la tipología de las actividades de contemplación.

h) El penúltimo grupo, que es el de biblioteca y lectura, e incluye las actividades posiblemente
más sedentarias de esta primera parte, se refiere a las actividades con un
fuerte acento individual, aunque pueden acabar siendo bastante dinámicas si se
plantean, por ejemplo, como un preámbulo o paso previo para realizar actividades
del grupo anterior, es decir, de los debates

i) Para acabar, está el grupo "i", que recoge cualquiera de las actividades de contemplación
de las cuales se pida una opinión a los participantes para ser expresada
en público con el objetivo final, por ejemplo, de dar un premio.

El segundo grupo tipológico de las actividades culturales son las de contemplación,
donde se incluyen aquellas actividades en las que el papel del destinatario no requiere
una intervención activa; por tanto, su actitud será bastante más pasiva. Son cinco las posibilidades
que ofrecen este grupo:

v Espectáculos
v Exposiciones
v Audiciones
v Muestras
v Conferencias

..
a) El grupo "a" es el primero de este segundo bloque, y corresponde a los espectáculos
en los que la participación del turista se limita a seguirlo desde su silla. Su intervención
es mínima, se reduce a aplaudir o a hacer algún tipo de movimiento que
no requiera abandonar el lugar que ocupaba entre el grupo de espectadores. Suelen
ser espectáculos de mirada bidimensional (Salvat, 1988), como por ejemplo la
actuación de grupos folclóricos basados en la danza, en la interpretación o en cualquier
otra manifestación escénica cultural.
b) Las exposiciones son la segunda tipología de contemplación. El contenido de estas
exposiciones puede ser bien variado y oscilar entre exponer objetos artísticos confeccionados
por profesionales o también por nuevos talentos, hasta presentar trabajos
realizados por los mismos residentes del establecimiento turístico. Si se quisiera
escoger el mejor trabajo expuesto, basándose en el criterio de los mismos
residentes del establecimiento, a partir una votación previa de los mismos, esta
actividad se consideraría que ha traspasado los límites de las actividades culturales
de contemplación, para convertirse en una de realización, ya que la participación
del público pasaría, de ser pasiva y meramente contempla tiva, a una actitud
más activa y que requiere una implicación directa en la acción, que sería el hecho
de votar.
c) El tercer grupo corresponde al de las audiciones. Estas actividades implican no
solamente las musicales, sino también las de poesía u otros escritos dramatizables
pero sin puesta en escena. Las audiciones pueden ser pregrabadas, es decir, a partir
de discos compactos o de cintas de casetes, por ejemplo.
d) En el grupo de las muestras se incluyen desde exhibiciones hasta posibles "mercadillos"
de productos y artesanía popular, entre otras posibilidades.
e) La última tipología correspondería al grupo de las conferencias. Es posible que
estas actividades sean las más sedentarias del grupo de las de contemplación, ya
que son las que menos actividad reclama al espectador o al asistente.
Una vez repasadas las posibilidades y catalogaciones de los tres g!;UPOSde actividades
en la animación turística, se aconseja ahora la realización de un ejercicio interesante,
y a la vez estimulante, que consiste en listar un número mínimo de actividades para cada
uno de los grupos y de sus subdivisiones. Este ejercicio se puede plantear de forma individual
o en grupo, decidiendo con qué grupo o subgrupo se va a trabajar, y programando
después una puesta en común para revisar la cantidad de propuestas, muchas de ellas sorprendentes,
que con toda seguridad han surgido.

5.1.5. Adaptación de las actividades a los colectivos

En alguna otra ocasión en esta obra se ha hecho ya referencia a las adaptaciones; se
ha hablado de adaptación de algunas actividades al establecimiento turístico y de la adecuación
de la actividad al lugar donde se aplica desde su punto de vista más "decoroso".
También se ha hablado de la adaptación al espacio y, cómo no, de la adaptación al material
disponible o susceptible de ser utilizado.
Otra vía de adaptación de las actividades es la marcada por la política empresarial
que se esté aplicando en el establecimiento. El programa de animación ha de ser coherente
y, también, consecuente con la idea general de la actividad turística que el empresario
intente transmitir a los clientes.

Menos importancia se le ha dado hasta ahora al clima. La climatología determinará
en gran medida si las actividades se van a hacer en el interior o en el exterior del establecimiento,
siempre y cuando el establecimiento cuente lógicamente con instalaciones interiores
y exteriores donde llevar a cabo la aplicación de las actividades.
En cuanto a las adaptaciones a las personas también se han fijado ya unas cuantas
pautas que señalan los márgenes de actuación que tendrán los animadores turísticos en
este campo. El tema de los usuarios se trató en el apartado 4.3, "análisis de los usuarios",
técnicamente conocido también como "tipologías". Una de las divisiones más importantes
en las tipologías eran las edades. Se hacía referencia a niños, a adolescentes, a adultos,
y finalmente a la tercera edad. El profesional de la animación turística ha de ser consciente
de los límites físicos que tiene cada una de las franjas, de la misma manera que
también ha de tener en cuenta las necesidades propias de cada una de las edades; así, será
lógico pensar que el enfoque o la presentación que se le dé a una actividad en concreto
tendrá que ser revisada en función de esas franjas de edades, de sus límites y de sus expectativas.
Tomando en consideración estas variantes no resultará muy difícil imaginar que
las propuestas que motivan a una edad dejan de tener sentido en otra, de ahí la necesidad
de revisión que presentan. Así pues, ante cualquier actividad que se quiera programar, se
tendrá que analizar antes su capacidad de "divertir" a una o a otra edad.
Para acabar con el tema de las adaptaciones, resulta del todo imposible separar elementos
como los colectivos, las nacionalidades y las clases sociales: son tres conceptos que
están relacionados y estrechamente ligados entre sí. Un niño alemán de clase media, por
ejemplo, puede no sentirse motivado por una actividad que sí motive a un niño italiano
también de clase media, y esto es sólo un ejemplo de las muchas combinaciones posibles
de los tres conceptos. La animación turística también es un producto de ocio, por lo que
presenta las mismas dificultades y las mismas ventajas que cualquier otro producto de este
tipo; no hay una fórmula mágica que indique cómo ha de realizarse, tan sólo hay un camino
para hacer efectiva la adecuación de una actividad determinada; ese camino es la recopilación
de la mayor cantidad posible de información, y, a pesar de todo, tampoco se podrá
asegurar el éxito.

~
5.3. Publicidad y promoción de actividades en la animación turística

"La publicidad es toda forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica,
pública o privada, en el ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o
profesional, con el fin de promover de forma directa o indirecta la contratación de bienes
muebles o inmuebles, servicios, derechos y obligaciones"; ésta es la definición de la Ley
General de Publicidad del 11 de noviembre de 1988. Es una definición muy amplia, y tanta
amplitud no será necesaria para la animación turística, además de que tampoco se puede
considerar la publicidad en el ámbito de la animación, de la misma manera que se
tiende en un ámbito puramente comercial en el que casi todo vale, y en el que algunos
pectos éticos puedan quedar en entredicho, situación del todo injustificable en un establecimiento
turístico.

3.1. Concepto y elementos de la publicidad

Según el Diccionario de la Real Academia Española, se denomina publicidad a la divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.; igualmente se puede entender como la divulgación de algún tema, asunto o cosa entre el público, o ponerlo a su alcance. A diferencia de la definición anterior, ésta parece ser que concreta algo más, o como mínimo se puede entender
que centra más el marco conceptual en el que se sitúa la animación turística. Pero la que realmente se considera la más adecuada es la que se propone a continuación:

La publicidad en animación turística es el medio por el cual el animador turístico
informa, y a la vez motiva, a los clientes del establecimiento de las propuestas y de los
programas de actividades.

Resulta de máxima importancia el comprender que no sólo ha de informar a los desatarios,
sino que es necesario que cumpla una segunda función, que es la de motivar.
La publicidad en animación también es un tipo de comunicación en el que, como en
:1lquierotro tipo de comunicación, se distinguen cinco elementos: el emisor, el recep-
tor, el objeto, los medios y la finalidad (figura 5.8).

1. El primer elemento de los cinco es el emisor. En el caso de la animación turística
el emisor es el departamento de animación, que junto con esta función tendrá también
la responsabilidad de la confección, y la posterior aplicación, de los medios
más oportunos en cada situación o para cada actividad. En ningún caso se considerará
como emisor a un solo animador, aunque sea ésta la persona que realice la
actividad, ya que se entiende que la responsabilidad final es siempre compartida
por todo el equipo.

Publicidad en la animación turística
v l. Emisor
v 2. Receptor
v 3. Objeto
v 4. Medios
v 5. Finalidad
FIGURA 5.8. Elementos de la publicidad.

2. El segundo elemento son los receptores, es decir, las personas a quienes va dirigi-.
da esta comunicación. No cabe lugar a dudas de quiénes se trata: van a ser los destinatarios
de la propuesta de actividades. Se considerará pues como receptores a
todos los clientes residentes e incluso, en algún caso concreto, hasta a personas
que no estén alojadas en el establecimiento. A este grupo de personas el animador
le denomina "público potencial".
3. El objeto de la publicidad es, en primer lugar, el programa con todas las acciones
y todas las actividades incluidas en él. Así, y desde un punto de vista estricto, éste
habría de ser realmente el único objeto de publicidad, aunque profundizando en
el tema se detecten algunos casos peculiares y que han de ser entendidos como
objetos de un segundo orden de prioridad; de lo contrario se corre el riesgo de des-
virtuar la función de los animadores dentro de los establecimientos turísticos.
En ocasiones, un establecimiento se plantea dar publicidad de algunos objetos
o productos que oferta a sus residentes y recurre a los animadores para canalizado;
hasta aquí es lícito utilizar la animación como un elemento dinamizador de
la economía, es parte de su objetivo, pero lo que se salede toda lógica es que se
plantee el departamento con objetivos exclusivos de promoción; a partir de ahí los
animadores dejarían de serlo para pasar a ser comerciales o promotores, y es ahí
donde radica la equivocación.
Es, por tanto, más o menos corriente, y así se propuso en su momento que
entre las diferentes actividades de animación aparezca alguna con un objetivo claro
de promoción de algunas bebidas, o del merchandising, por ejemplo. Detrás de
la actividad de animación se sitúa la publicidad de un producto; en este caso, se
puede llegar a afirmar que el objeto es el producto, que el medio es la actividad
de animación y que la finalidad es el fomento del consumo de ese producto entre
los residentes del establecimiento. Es un caso que se da con cierta frecuencia, y
que además resulta una buena forma de autosubvencionar el departamento de animación,
como se verá en el capítulo 8.
4. Los medios de publicidad, el cuarto elemento, son entendidos como los vehículos
o soportes en los que se insertan los anuncios para su difusión. Los medios de publicidad
se amplían en el próximo punto de este capítulo.
5. El quinto elemento es la finalidad (figura 5.9). Desde el punto de vista de publicidad
inmediata, se puede decir que la finalidad es la de cumplir con el objetivo de
informar y a la vez motivara los clientes y residentes del establecimiento, tal y
como se indicaba al inicio. Pero esto sería limitar su definición, y es por eso por lo
que vale la pena tener en cuenta otros aspectos que le den amplitud, y que además
han de servir, tanto al animador como al empresario, para valorar la eficacia
de una buena acción publicitaria realizada desde el departamento de animación.

Como se puede observar en el esquema de la figura 5.9, se proponen cinco finalidades
importantes en la publicidad de la animación turística, que se analizan seguidamente:

a) Atraer al público
b) Dar a conocer la marca
c) Mejorar la posición
d) Crear imagen
e) Reafirmar la compra
FIGURA 5.9. Las finalidades de la publicidad.

a) Atraer al público hacia las actividades .Es, por tanto, el primer gran fin, vincular el
potencial (o número total de personas alojadas en el establecimiento susceptibles
de reaccionar a las propuestas) a las actividades del programa, teniendo en cuenta
que lo atractivo de la oferta, con mucha frecuencia, no está sólo en que realicen
las actividades o no, sino en que disfruten con ellas sin necesidad de tomar parte
activa en las mismas, o sabiendo que están ahí por si quieren realizarlas. Ésta es la
atracción, la de tener la opción y saber que se puede elegir realizarla o no, pero
que en cualquier caso la elección final depende del mismo residente; ése es un valor
añadido importantísimo del producto turístico.

b) Dar a conocer la marca o empresa. Con la publicidad el departamento puede
contribuir en gran medida a dar a conocer un establecimiento. En un mercado
competitivo donde ya operen varias empresas, un aspecto importante será el
marcar una diferencia, y lo que permite aportar la animación es un valor añadido
que se pueda asociar a esa marca o empresa, donde la publicidad podrá
ser considerada no sólo como un elemento diferenciador, sino también potenciador.

c) Hacer que el nombre de la marca o empresa mejore de posición. En el caso de que
la empresa ya exista, lo que puede aportar es una mejora. Si el puesto que la empresa
ocupa en la mente del consumidor es de vital importancia cuan<:!ose trata de
comprar, ya que las marcas situadas en los primeros lugares tienen mayores probabilidades
de ser demandadas que las empresas que se encuentran en posiciones
inferiores, entonces con la publicidad desde animación puede contribuir a la mejora
de puestos, ya que el efecto que causa a los residentes es justamente el de recordar
continuamente la marca o la empresa, haciendo que esté mucho más presente
en sus mentes.

d) Crear imagen de marca. La opinión que el cliente tenga sobre la empresa o la marca,
como ya se ha comentado, es básica a la hora de decidir sus compras. Así, una
imagen de marca elevada no es solamente garantía de mayores ventas, sino que
también es un argumento para un precio más elevado, puesto que representa un
valor añadido y un prestigio. Con la publicidad, en animación, se contribuye igualmente
a la creación de "marca", de la misma manera que lo puede hacer cualquier
otra campaña publicitaria en otro ámbito.

e) Reafirmar al consumidor respecto a la compra realizada. Un cliente del establecimiento
que haya participado en alguna actividad programada, si su experiencia ha
sido satisfactoria, siempre tendrá tendencia a hablar bien de ella, y mostrar una
actitud más abierta hacia otras propuestas que procedan de esa misma marca o
empresa y, desde luego, va a respaldar y potenciar la publicidad y la marca delante
de otros consumidores.

Los Medios de publicidad en la animación turística

En animación turística se puede considerar como válido cualquier medio (soporte o
acción) que informe y a la vez motive a los destinatarios de las actividades o acciones programadas,
y que siempre sin excepción se lleve a cabo de una forma ética, respetuosa y
decorosa. Por tanto, no servirá cualquier cosa, no se pueden aplicar todas las técnicas que
se ven en otros campos más cercanos a la cotidianeidad de la publicidad, ya que muchas
veces no se tienen en cuenta ni el decoro, ni el respeto, ni la ética. Si el animador no tuviera
en cuenta estos principios podría arriesgarse a que la publicidad del establecimiento
pudiera llegar a herir la sensibilidad de algún residente, hecho que se contrapone directamente
con el objetivo primero de la animación turística, que es el fomento de la comunicación
y de la vida social. Se tendrán pues que descartar cualquier medio que pueda
entrañar el más mínimo riesgo de llegar a contradecirse con su definición.
Se describen los ocho medios de publicidad más usuales en la animación turística (figura
5.10). La auto-publicidad, que se analiza al final de ellos, es un apartado que no se puede
definir como medio de publicidad ya que no cumple estrictamente los objetivos, pero
por sus características se vincula y encaja perfectamente en este apartado, como se verá.
/
v l. Carteles
v 2. Megafonía
v 3. Micrófono
v 4.Flyers
v 5. RR.PP.
v 6. Hombre cartel
v 7. Sketch
v 8. Radio
FIGURA5.10. los medios de publicidad en la animación turística.

Los medios de publicidad que se proponen están ordenados bajo el criterio de orden
en función de los que se suelen utilizar con más frecuencia en primer lugar y los que se
utilizan menos, o los que son menos frecuentes al final. Todos ellos están afectados por
una misma dificultad, que son los diferentes idiomas de los destinatarios. Es poco fre-
cuente una única nacionalidad o un único idioma en el mismo establecimiento. Este
hecho repercutirá directamente en el contenido de la publicidad, ya que si se ha de repetir
en diferentes idiomas no podrá ser muy extenso, por eso el contenido tiene que ser
escueto y sintético, además de ir intercalando un idioma detrás de otro en frases cortas,
con el objetivo de no atosigar ni aburrir. Cada actividad, o grupo de actividades, definirá
por sí misma el medio de publicidad más adecuado a utilizar; de cualquier forma,
en cada uno de los medios que se describen se hará referencia a cómo"'utilizarlo y el contenido
ideal del mismo.

1. Los carteles. Es seguramente el medio más directo y el más efectivo. El impacto
que puede ejercer en los destinatarios es un punto a tener en cuenta, puesto que
de él dependerá un elevado porcentaje de asistencia y participación en la actividad
publicitada. El animador turístico no puede dedicar mucho tiempo a la confección
de los carteles, por lo que se aconseja un diseño rápido y espectacular, si
es necesario con elementos no convencionales, donde la ejecución rápida es imprescindible
y de suma importancia. El animador ha de tener en cuenta, además, que
una vez construido el cartel se puede guardar para su reutilización, reduciendo así
el tiempo global de construcción y diseño. Se comentó más arriba la importancia
de que el resultado final resulte muy atractivo para que sean efectivos los objetivos
de informar y motivar, pero también tendrá que cumplir otro objetivo más, y
es que tendrá que competir y destacar entre otros posibles carteles que puedan
haberse colocado en el mismo lugar o en la zona, como por ejemplo los que ponen
las agencias de viajes receptivas en las recepciones de los hoteles. .
Este medio de publicidad es ideal para anunciar una actividad en concreto y
en solitario, como puede ser una fiesta o una actuación nocturna, pero además
también es válido para dar a conocer el programa del día, en el que se incluyan
todas las actividades, o para anunciar el programa de toda la semana. Dependerá
del establecimiento, de la imagen que se pretenda dar, de los recursos económicos,
y de los recursos humanos que en él se dispongan.
Este medio de publicidad requiere una síntesis muy bien elaborada de 16 contenidos
de la información que se pretende transmitir. Si el cartel acaba teniendo
mucho texto, difícilmente se conseguirá que resulte atractivo, por lo que se ha de pensar muy bien qué contenido se le va a dar. Una guía puede ser la siguiente:
- El nombre de la actividad bien destacada, en el caso de que sea un cartel en el
que se anuncie una sola actividad, como una actuación externa o una fiesta espectacular.
- El lugar donde se realiza la actividad, como por ejemplo, en la piscina, en la cafetería, en el salón, etc.
- La fecha en que se realiza la actividad; es muy importante si hay antelación.
- La hora de inicio evitando hacer referencia a la hora de finalización.
-También se puede llegar a incluir algún tipo de requisitos esenciales para realizar
la actividad, por ejemplo si el participante necesita una toalla, o un bañador,
o cualquier otro objeto que sea necesario para su práctica (como raquetas,
por ejemplo), o si ha de inscribirse previamente, etc. En el caso de que la actividad
se dirija a un colectivo en especial, también se considera que es un requisito
esencial; por tanto, si una actividad es para principiantes, se tendría que
incluir en la información, igualmente si es para iniciados. .

Todas estas pautas han de ayudar al animador a confeccionar el cartel idóneo,
siendo consciente de que, aunque el resultado fuese atractivo, de nada serviría si
después no se coloca en el lugar correcto; por tanto, la fijación de los carteles es
otro de los elementos puntuales y muy importantes de este medio de publicidad.
El sitio ideal para su colocación será un lugar de paso obligado para el mayor número
posible de residentes del establecimiento. En el caso de un hotel, puede ser la
recepción (aun a riesgo de ser un cartel más entre la infinidad de carteles de los
receptivos), o también a la entrada del restaurante. Si es un camping, el departamento
de animación se verá obligado a fijar más de un cartel y, en este caso, no
podrán faltar los que se coloquen en recepción, en los lavabos, en la tienda de
comestibles o en los fregaderos de útiles de cocina, lugares por donde en un momento
u otro del día se acaba pasando.

2. La megafonía. Éste es un medio de publicidad del cual se aconseja no abusar; de
hecho, en algunos establecimientos turísticos no está permitida su utilización ya
que puede fácilmente molestar y agobiar a los clientes que residen en el mismo.
El aparato de megafonía suele estar en la recepción de los establecimientos, y
se acostumbra a utilizar para avisar a los clientes de informaciones tipo llamadas
telefónicas personales que puedan recibir, de visitas o de cualquier otra información
que el establecimiento desee pasarles. Aunque su utilización sea fácil, su efectividad
no es siempre la esperada por un animador, sobre todo si no tiene experiencia. Se
requiere una estructuración previa y, en muchos casos, por escrito, para decir exactamente
lo que se pretende comunicar, con la entonación y el ritmo adecuados.
Es un medio que se utilizará solamente para anunciar actividades inmediatas,
es decir, que será el recordatorio de una publicidad hecha a través de otros medios,
como por ejemplo el de los carteles. Es importante recordar que no se puede abusar
de ella, y que si el animador está continuamente anunciando actividades por
megafonía ésta perderá su efectividad, pasando a ser un recurso agobiante y distorsionador.

3. El micrófono. Es evidente que en el medio de publicidad anterior, la megafonía,
se dispone de un micrófono para poder transmitir el mensaje por los altavoces en
todo establecimiento, pero no es éste el micrófono al que se hace referencia en
este tercer medio. Por micrófono se entiende la publicidad que un animador hace
en el momento justo de despedir la última actividad del día, es decir, la fiesta nocturna.
Se considera que estas actividades de noche son las más masificadas, a las
que más público asiste. Si éstas son las actividades más concurridas, será lógico
aprovechar esta mayor concentración de público a una actividad para publicitar
otra actividad que necesite más participantes (activos o pasivos). No se trata de
que, después de despedir la noche, el animador recuerde todas las actividades que
se ofertan para el día siguiente, sino que se haga referencia solamente a una de
ellas; ésta puede ser la más necesitada, pero también puede ser la más frecuentada,
dependerá de los objetivos del animador.

4. Los "flyers". Son los cuartos de folio (del tipo "din A-4"), o los que en otro tiempo
se denominaron octavillas. Son muy efectivas, además de fáciles de confeccionar,
gracias sobre todo a los soportes informático s, y también fáciles de distribuir.
Pero es un medio de publicidad del cual tampoco se puede abusar ya que,
si se entregan con demasiada frecuencia, pierden su capacidad para sorprender,
pasan a ser elementos monótonos, y por tanto resultan poco atractivos. Los flyers
se reservarán para actividades que requieran un gran esfuerzo de organización
o económico, y su frecuencia se sitúa en un mínimo de diez días de intervalo entre
una aplicación y la siguiente. .

5. Las relaciones públicas (RR. PP.). Posiblemente sea este medio el más efectivo, y
en algunas ocasiones incluso más que el cartel, ya que la publicidad se está personalizando
al máximo cuando se invita a un residente del establecimiento a participar
en una actividad concreta. También es conocido como el persona a persona
o el boca a oreja. Aunque resulta muy efectivo, y de hecho el animador lo guarda
para aplicado en sus momentos de relaciones directas, también hay que reconocer
que es el que más tiempo de dedicación requiere de todos los medios mencionados
anteriormente.

6. El hombre cartel. Hay una cierta reticencia para aplicar este tipo de medio, ya que
por el abuso que se hizo de él ha llegado hasta nuestros días con un desprestigio
considerable. A pesar de estos prejuicios hay que reconocer que es un recurso bastante
eficaz, sobre todo como un medio de introducción publicitaria, en especial
si se dirige a un público infantil. Hacer publicidad de una fiesta infantil con hombre
cartel que lleva unos globos y va saludando y estrechando la mano a todos los
turistas que encuentra es casi una garantía de éxito total de afluencia, ya que resulta
original y poco utilizado.

7. El sketch publicitario. Son pequeñas escenificaciones dramatizadas de algunas
escenas o de personajes que van a tener un protagonismo especial, por ejemplo,
en el espectáculo que se preparara para esa misma noche. El lugar ideal para su
aplicación es allí donde haya una afluencia más o menos masiva de residentes del
establecimiento. En un hotel podría ser la terraza de la piscina, la cafetería, el restaurante
durante el almuerzo o durante la cena. Los personajes no necesariamente
han de ser los animadores, pueden ser los mismos turistas, o incluso en algunas
ocasiones algún miembro del staff de otro departamento del establecimiento.

8. La radio. Se puede utilizar para crear un ambiente determinado a unas horas puntuales
y concretas del día para que los residentes se acostumbren y lo esperen. Puede
tener una duración de unos quince minutos y repetirse varias veces al día. Su
contenido no tiene por qué ser de publicidad de actividades, pero sí puede'"publicitar
unos servicios puntuales del establecimiento, el tema musical de la temporada,
algunas noticias ocurridas ese mismo día, o el anterior, en los países de procedencia
de los turistas, alguna felicitación o, incluso, frases grabadas de algunos de
los clientes.

La auto-publicidad

Se decía que no es exactamente un medio de publicidad, ya que el objetivo no son las
actividades sino los componentes del departamento de animación y la finalidad es dados
a conocer a los residentes del establecimiento turístico.
Bajo esa denominación se pueden incluir las acciones que el departamento de animación
realiza para darse a conocer y facilitar la identificación de los componentes del
departamento, por tanto, facilitar la comunicación entre los residentes y el staff. Se comentan cuatro, que aunque no deben considerarse las únicas, sí son las más significativas:

v Seguramente la más efectiva es la intervención en las reuniones de bienvenida que
realizan los guías representantes de las agencias receptivas. El objetivo de interve-

nir en estas reuniones es exclusivamente el darse a conocer como representante del
equipo de animación, y aprovechar el momento para indicar dónde está, por ejemplo,
el cartel de información general del programa. En ningún momento el animador
se ha de plantear su intervención en este "We1come Party" como una oportunidad
de vender su programa, ya que entraría seguramente en contradicción con
el objetivo de los representantes de las agencias, que suele ser la oferta de excursiones
facultativas, además de la información genérica del destino. No se trata de
ser un rival del guía sino, por el contrario, de trabajar en colaboración para un beneficio mutuo.
v La exposición de las fotografías de los animadores en el cartel de información de
la programación general, que ayude a la identificación de éstos por parte de los
residentes. Conviene prestar atención a cómo se colocan las fotografías ya que suele
resultar frecuente que desaparezcan si no se idea algún tipo de fijación de seguridad
al cartel. Este hecho se puede plantear también como de promoción y prever
que las fotos expuestas estén destinadas a desaparecer, todo dependerá de los
objetivos de la publicidad.
v Llevar siempre una chapa de identificación con el logotipo del establecimiento y el
nombre del animador; también resulta muy útil un indicativo con banderas pequeñitas,
por ejemplo, que indiquen los idiomas que habla. La chapa de identificación
ya es corriente en una gran cantidad de establecimientos y la utilizan no sólo los
animadores, sino todo el staff de la empresa; en este caso, resulta imprescindible
que aparezca el nombre del departamento.
v La utilización de un uniforme o, en su defecto, de alguna prenda de vestir que ayude
a identificar al animador, y que además pueda ser una pieza que esté a la venta
en el mismo establecimiento como parte del merchandising, fomentando así la promoción
del producto.

5.3.3. La antelación de los medios

Por antelación se entiende el intervalo de tiempo que ha de existir entre la aplicacÍón
de un medio y el inicio de la acción o de la actividad. Así, y una vez vistos y comentados
los diferentes medios de publicidad, llega el momento de afrontar la antelación de cada
uno de ellos:

v Los carteles: dependiendo de la actividad que anuncien, la antelación podrá oscilar
desde un día a varios. Si el cartel publicita un único gran evento, ésta puede ser
de varios días, mientras que si lo hace de la fiesta o el espectáculo de la noche, y
cada día hay uno similar, la antelación será solamente un día, y se colocará al final
de la última actividad de la noche. Es la última acción que hace el animador antes de
dar por finalizada la jornada laboral, que puede llegar a ser las 12.30 o la 13.00
de la madrugada.

v Puede existir otro cartel que contenga la información de la programación general
de las actividades; es la rueda de actividades semanales o bisemanales, y este cartel
puede permanecer varias semanas expuesto al público; no se puede hablar de
anticipación, sino que sería más correcto hablar de permanencia.

v La anticipación de la megafonía, tal y como se mencionó más arriba, es la más corta
ya que se utiliza para anunciar una actividad inmediata.

v En cuanto al micrófono, su anticipación es siempre de un día, puesto que se aplica
al final de la última actividad de la vigilia.
v Con los flyers pasa un poco como con los carteles, que tienen varias opciones y que
la antelación dependerá del tipo de evento que quiera publicitarse. En ocasiones, pueden utilizarse de forma más agresiva al inicio de la campaña para dejar paso a otros medios a medida que se acerca la fecha del evento.
v El personalizado es el más dúctil de todos ellos ya que se puede aplicar desde varios
días antes de la actividad (sobre todo cuando se pretenda buscar colaboraciones en
los espectáculos nocturnos) hasta momentos antes de ella. De hecho, el animador siempre que pueda ha de recurrir a este medio para asegurarse un elevado número de asistentes.
El hombre cartel tiene unos efectos de inmediatez considerables: se puede considerar de él que, además de publicitar, puede contribuir a crear un ambiente festivo antes de la actividad.
v El sketch publicitario suele aplicarse en el mismo día en que se realiza la actividad
que anuncia, que es normalmente la fiesta de noche. Sin lugar a dudas, es el medio
publicitario que crea más ambiente festivo e incluso se puede llegar a planear como
la parte introductoria del espectáculo.
v En un principio, y debido a su inmediatez, "la radio" se considera que no presenta
antelación definida, sin embargo se puede llegar a utilizar para anunciar eventos
o grandes fiestas con una antelación amplia e ir resaltando la cuenta atrás de la
misma.
Es importante tener en cuenta que hay que evitar los solapamientos en la publicidad;
realizar una publicidad excesivamente agresiva de una fiesta de noche, por ejemplo, puede
hacer decrecer la expectación de las fiestas intermedias que puedan proponerse entre el día
en que se lanza la campaña y el día del evento anunciado, al igual que el exceso de medios,
que pueden provocar un efecto contrario al esperado. El equilibrio de los medios es el mejor
sistema, planificar estratégicamente cuándo utilizar unos y cuándo otros es la mejor opción: /
no por más medios se va a tener mayor afluencia, a veces, el resultado es lo contrario.
.- - ----- ----

No hay comentarios: